domingo, abril 22, 2007

¡soñar, soñar, soñar! (Cuento)

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Va de una mujer que tenía una existencia horrible: su marido era un borracho que la maltrataba (y no sólo de palabra); sus churumbeles eran dos veinteañeros arrogantes e insensibles a su sufrimiento que la menospreciaban (y os aseguro que este ninguneo le dolía más que los golpes del otro). Y todos, los tres, porque aquella infeliz no era tan vulgar como ellos, decían de ella continuamente que estaba "loca":

-¿Por dónde anda la loca de vuestra madre?
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Desde hacía algún tiempo, todas las noches, acaso por un inconsciente mecanismo de defensa de la mente, tenía aquella desdichada el mismo sueño, ¡tan sublime!: un esposo ideal que la adoraba, unos hijos llenos de virtudes e incapaces de albergar maldad alguna en sus corazones. Una familia perfecta en un mundo más luminoso, de colores más vivos, donde había besos en vez de golpes, abundaban las sonrisas en lugar de los desprecios y las buenas palabras en vez de los acostumbrados insultos.
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Pensaba cargada de razón nuestra heroína: "¡Soñar, soñar! Soñar hasta que lleguen tiempos mejores... Y si no llegan nunca, soñando las penas son menos; porque los sueños nacen casi de la nada, como el musgo en las piedras; y, aunque más efímeros que éste, aunque terminen por los suelos, despedazados, muertos, siempre pueden renacer cada día: los sueños sólo se mueren si se olvidan... y yo no olvidaré el mío."
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Una madrugada se despertó dando un suspiro de terror. Fue al baño y se miró en el espejo; ¡parecía mucho más joven!: no tenía ni ojeras ni funestas señales de una reciente paliza. Sonriente, volvió a la cama y se abrazó a su marido, quien estaba en ese estado que hay en que uno ni duerme ni puede decirse que esté despierto. Díjole con su dulce voz, casi ininteligiblemente pues la velaba el sueño:

-Pichoncita, ¿has vuelto a tener una de esas feas pesadillas? Tranquila, vida mía: ya pronto pasarán. Tendrás alguna más, pero te prometo que pronto se irán. Ahora durmamos, que es tarde.

La mujer, llena de dicha, las lágrimas apuntando, se abrazó a su esposo y no tardó en dormirse de nuevo.
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nota: imagen, Flaming June del pintor inglés Lord Frederick Leighton (1830-1896)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro que se había cumplido su sueño ya que no me imagino al maltratador llamándola "pichoncita".Supongo que cuando se levantó descubrió que sus hijos ya no vivían en casa y de ahí que su dicha fuera mayor :).Lo único que espero es que al despertar de nuevo no volviera todo a ser como antes, sino, mejor no hacerlo nunca...
Besuco

Anónimo dijo...

Es curioso, lo he vuelto a leer y ahora no tengo tan claro si el sueño es la mala vida o la buena...
(A la tercera va la vencida).
Besuco

M. Imbelecio Delatorre dijo...

hola, Peca.

gracias por leerlo y por tu comentario. ¿qué preferirías tú, vivir una realidad muy fea aunque con la razón lúcida, o vivir un dulce e inconsciente sueño? ¿qué es mejor, una fría y desconsoladora verdad, o una mentira que dé calorcillo al alma?

Es algo que a veces me planteo y a lo que no sé dar respuesta: ¿cuerdo pero sufriendo o loco pero feliz? ¿ateo sin esperanza o creyente con consuelo?

Supongo que la pregunta es bastante tonta: la locura no se puede escoger, no es una libre opción... ni tampoco la fe: o la tienes o no la tienes, no cabe autoengañarse...

bueno, un beso, jeje, que te vi a aburrir con mis tonteridas :)

Anónimo dijo...

Me quedo con la mentira reconfortante o la locura feliz aunque también depende mucho de la situación.En cuanto a la fe,yo personalmente pienso que no por ser creyente necesariamente se tiene esperanza o consuelo, muchas veces es más una costumbre que otra cosa (al menos la gente que lo practica da esa impresión.
Aún así me quedo con mi soñadora interior que tiene una vida que ya quisiera yo para mi.
Besuco

M. Imbelecio Delatorre dijo...

acias, Peca soñadora =)

:)

Antígona dijo...

Todavía no he podido escuchar el audio pero tu relato me ha recordado a un cuento de Borges en el que sueño y realidad también acaban invirtiéndose.

En cuanto a lo que llamas tus tonteridas en respuesta a peca, que pienso que no lo son en ningún caso, pues a lo mejor depende del momento, de la circunstancia y del tipo de verdad o mentira que uno quiera creer.

Un beso!

M. Imbelecio Delatorre dijo...

Hola, inteligente Antígona :)

muuuchas gracias por leer ese embrión de cuento, porque lo hice de forma esquemática deprisa y corriendo. El audio es lo mismo que lo escrito salvo que te lo lee un tipo con pústulas y joroba (ahora que lo pienso, coincide en eso también con lo escrito...)

:) acias :) acias acias.

Pd.- Aún no he leído a Borges, ¿me lo recomiendas? Sé que es uno de los escritores en español más populares en el mundo anglosajón.

"kusset!" (mezcla entre el "kuss" alemán y el "besset" valenciano :D)

Antígona dijo...

Para las pústulas, un poco de crema con antibiótico, y para la joroba... ¿natación? :-)

A Borges te lo recomiendo muy mucho, tiene cuentos realmente asombrosos, en su temática, en la manera de narrar...

Veo que se te dan bien los idiomas, y sobre todo mezclarlos. Me apunto:

Un kusset!

M. Imbelecio Delatorre dijo...

mezclarlos es lo que se me da bien... jeje... :P

la joroba y las pústulas son metafóricas, ¿eh?

:P

"bessetchen"

:D