viernes, abril 06, 2012

Distopía.

-Hola, soy la chica de la lejía del futuro, y vengo a mostrarle cómo es el mañana en punto a ropa limpia.
-Yo encantao, señorita, lléveme usted donde quiera. ¡Con lo maja que es usted y lo bien le queda ese uniforme de azafata futurista que lleva...!
-Entre, entre por el túnel espacio-temporal conmigo. He aquí el mañana...
-Entro por donde usted me pida o me permita. ¿Eh? ¿Qué es esto? ¡Pero si incluso los pijos más arreglaos que pasean por la calle Uría van con las camisas llenas de lamparones, y toda la gente va muy gocha en general!
-Así es. El futuro de la lejía es distópico, no utópico como creen en su época. Por eso vine a usted. Ha sido seleccionado por nuestros programas de lavado entre decenas de miles de sujetos : usted puedes ayudarnos y cambiar ese mañana horrible.
-¡Qué dice, señorita...!: si poner una lavadora en marcha me llevaría un buen tiempo. Y tendría miedo de cargarme la ropa. Es mucha la responsabilidad que usted pone sobre mí, y no tengo preparación ni conocimientos para...
-Vamos..., no se trata de eso. tiene imaginación suficiente como para alertar al mundo, y sabrá darle verosimmilitud a su relato para que no parezca paranoico...
-Agradezco sus piropos, pero...
-¡Silencio! No disponemos de mucho tiempo. La burbuja de frescor que me permite materializarme cerca de usted tiene una vida efímera. Las leyes de la mecánica-cuántica-antiséptica son inexorables.
-Ya, supongo. Por eso... :si esto es un sueño podíamos aprovechar para... Rara vez tengo la suerte de soñar con mujeres, ¿sabe usted?
-¡No, no, no hay tiempo!. ¡Escuche cómo se produjo la hecatombe, y comuníquelo luego a sus congéneres temporales! . A principios del siglo XXII, la humanidad vivía en un armonioso mundo. Sábanas blancas, camisas impolutas y bien planchadas, pantalones pulquérrimos eran la norma. La suciedad y los malos olores habían quedado relegados a una minoría étnico-religiosa que creía que el uso de jabones, detergentes y suavizantes ofendía a su Señor. ¿Va comprendiendo?
-Sí, bueno..., salvo lo de "pulquérrimo", que nunca lo había oído...
-Entonces Camps Corporation, que era la compañía monopolista mundial en el mundo del lavado, en una misión de investigación en busca de principios activos envió una de sus naves exploradoras a Io, luna de Júpiter. Imagine la nave-sonda sin piloto, con un diseño cilíndrico, semejante al de un antiguo bote de Colón, posándose en aquel mundo helado. Volvió a la Tierra, como volvían otras decenas de sondas enviadas a los confines del sistema solar, a los principales asteroides, para buscar sustancias nuevas que sirvieran para conseguir una ropa más blanca. Pero la de Io traía algo... algo nuevo, ¿entiende? . Quizá algo que pusieron ellos allí hace decenas de miles de años. Un material biótico. Una suerte de bacterias... Sin embargo no eran bacterias terrestres. Nada de ADN. Y según la opinión de muchos, no eran fruto de la evolución, habían sido creadas con un propósito por algún tipo de inteligencia. Era algo tan novedoso, que no supo manejarse. en un principio se comprobó que devoraban la suciedad con ansia. A Camps Corporation eso le bastaba. la ONU, repleta entonces de políticos corruptos, le permitió registrar la patente del nuevo principio activo, y su consiguiente explotación comercial, sin evaluar lo suficientemente los peligros. Durante un tiempo la ropa estuvo más blanca que nunca, pero pronto las io-bacterias infectaron los cerebros de todos los seres humanos... :un pequeño resfriado que lo cambió todo. Hay diversas teorías... pero se cree que ahora los seres humanos pueden ser monitorizados por alguna inteligencia lejana y superior, y el hombre ha perdido en parte su libre albedrío. Otros creen que esas bacterias de ingeniería fueron creadas por esa minoría étnico-religiosa de la que le hablé, y así han conseguido su objetivo: hacer que la humanidad no se lave y ellos, antes discriminados, pudieran alzarse a la cúspide de la escala social. Bueno, da igual. el caso es que como resultado de esta infección, el hombre se ha vuelto más descuidado y ya no se preocupa por la higiene. Nadie. ellas tampoco. Todos van como gochos.

-¡Ah, es terrible todo eso que me cuenta...! Pero usted, señorita, usted está impecablemente limpia..., y desde aquí puedo percibir el agradable aroma de su piel fresca: huele a jabón y lavanda inglesa.
-Unos pocos no utilizábamos productos de la Camps Corporation y sí jabones y detergentes tradicionales. Utilice Latoja si usted es varón, Heno de Pravia si es mujer, los mismos que usaban sus abuelos. transmita este mensaje al mundo para no llegar a ese mañana.
-¡Ah, alto, espere, espere! ¡ya lo entiendo todo!: usted tan hermosa y tan sexy, con ese uniforme tan ajustado, tan seductora en definitiva, ese argumento similar a las historias de ciencia-ficción que me gustan, y su insistencia en que consuma a toda costa ciertas marcas en detrimento de otras...: esto es uno de esos anuncioníricos de ondas alpha, que tan recientemente han sido aprobados por los corruptos políticos de la ONU, y que inducen a cada cerebro receptor a construir un mensaje de forma atractiva para sí. Pues bien, según la ley , tengo derecho a que me hagan despertar ustedes cuanto antes, tan pronto como me percate de que esto es un anuncionírico y que éste me disgusta. ¡Pues despiértenme, y no vuelvan a colarse en mi cabe...!