lunes, mayo 15, 2006

Citas arbitrarias de películas... (I)

Hala, ahí van algunas citas de películas que me gustan. (Según las recuerdo, no son exactas al original):

Hay un viejo chiste sobre dos ancianas que están comiendo en un restaurante de carretera y una de ellas dice:
-¡Vaya, la comida de este lugar es realmente mala!
A lo que la otra responde:
-Sí, lo es. Y encima te sirven poca cantidad.
Bien, eso es básicamente lo que yo pienso de la vida: llena de soledad, miseria, sufrimiento e infelicidad... y se acaba demasiado rápido.

Alvy Singer (Woody Allen) en Annie Hall (1977)
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-Y tengan por seguro que nunca, nunca, encontrarán una equis que marque el lugar.

Indiana Jones (Harrison Ford) en La Última Cruzada (Spielberg, 1989)
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-Organizaré una revuelta: tendréis muerte por muerte; y no descansaré hasta que todos los sajones de este condado puedan alzarse libres y luchar por Inglaterra y por su rey Ricardo.

Robin Hood (Errol Flynn) en Robín de los Bosques (Michael Curtiz, 1938)

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-¡Homérico!

Michaleen Oge Flynn (Barry Fitzgerald), en El Hombre Tranquilo ( John Ford, 1952)

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Esa era mi profesión: ex-policía, ex-asesino, ex-blade runner

Deckard (Harrison Ford), Blade Runner (Ridley Scott, 1982)

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¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué me quiero morir? ¿Por qué no me conformo con esta vida?

Ramón Sampedro (Javier Bardem) , Mar Adentro (A. Amenábar, 2004)

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Guárdese su sucio dinero, señor Potter!

George Bailey (James Stewart), Qué Bello es Vivir (Frank Capra, 1946)
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Anoche soñé que volvía a Manderley. En mi sueño me encontraba ante la verja del parque, pero durante algunos momentos no pude entrar...

Rebeca (La señora de Winter) (Joan Fontaine) en Rebeca de Alfred Hitchcock (1940)
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La vida es una mierda si lo miras bien. La vida es una carcajada, y la muerte una broma. (...) Bueno, vienes de la nada y vuelves a la nada, ¿qué has perdido? ¡nada!

Cantante Crucificado (Eric Idle), en La Vida de Brian (1979) de Terry Jones.

notas: imagen1, fotograma de Annie Hall; imagen dos, póster de Robín de los Bosques; imagen3, portada de Rebeca.

viernes, mayo 12, 2006

Atención, pregunta:


¿Qué tienen en común los siguientes personajes? (venga, que es mu fácil, escribid la solución en un comentario):

Horacio Quiroga (1878-1937, escritor uruguayo); Manuel Fernández (1942-1967, organista del grupo de rock Los Bravos); José Asunción Silva (1865-1896, poeta colombiano); Emilio Salgari (1862-1911, escritor italiano); Pierre Charles de Villenueve (1763-1806, marino francés); Marco Junio Bruto (circa 85-42 a. de C., político y militar romano); Ana Karennina (heroína de Tolstoi); Mariano José de Larra (1809-1837, escritor español); Nerón (37-68 d. de C., emperador romano), Marco Antonio (c. 83-30 a de C., político y general romano); Jack London (1876- 1916, escritor estadounidense), Adolf Hitler (1889-1945, dictador alemán), Salvador Allende (1908-1973, presidente chileno), Ernest Hemingway (1899-1961, escritor norteamericano).

(la solución, dentro de unos cuantas entradas)

domingo, mayo 07, 2006

El Peor Vino de Francia (sketch apócrifo de los Monty Python)

Y ahora algo completamente diferente.... ( a ver si os gusta)

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Eric está en un puesto ambulante en el mercado. Es un puesto de vinos.

Eric- (con marcado acento francés) ¡Prueben , prueben el peor vino de Francia! ¡El peor vino de Francia, pruébenlo!

Se acerca Graham vestido de gentleman inglés, con bombín y todo, paseando y mirando a todas partes, curioso.

eric: -¡Prueeben, prueeben...! (dirigiéndose a Graham)¡Eh, monsieur! ¿Quiere probar el peor vino de Francia?
graham: -¿perdone?
eric: ¡vendo el peor vino de Francia! ¿quiere una botella?
g: francamente, no: si es el peor vino... (despidiéndose) ¡Buenos días! (y sigue caminando)
e: ¡oh, monsieur! ¡es el peor vino de Francia, mucho mejor que el mejor de otros lugares! ¿No tiene curiosidad, no le apetece probarlo?
g: no, no me apetece probar lo peor de ninguna parte... ¡buenos días!
e: ¿y si con la botella le regalo un trozo del queso?
g: (vuelve a pararse) ¿ queso?
e: ¡queso! ¿le gusta el queso?
g: depende... ¿qué clase de queso es?
e: (mostrándose orgulloso) ¡Es el peor queso de Francia!
g: no, no quiero entonces...: si es el peor...
e: ¡oh, monsieur! ¡pero el peor queso de Francia es mejor que el mejor de otros lugares!¡pruébelo, pruébelo y verá!
g: no, no me apetece... (resuelto a irse una vez más) ¡buenos días!
e: ¡espere, espere, no se vaya, no se vaya! ¡Si prueba el peor vino francés, le regalaré el peor queso francés, y le diré donde vive la mujer más fea de Francia!
g: ( alzando la voz, enfadado) ¡no quiero conocer a la mujer más fea de Francia!
e: ¡oh! ¿eso, por qué, monsieur? ¡la mujer más fea de Francia es más bella que la más bella de otros lugares!¡llévese el vino y el queso y verá!
g: escúcheme: no quiero probar el peor vino, ni el peor queso, ni la peor mujer de Francia... no quiero nada que sea "lo peor de". Y ahora déjeme en paz. ¡Buenos días!
e: (en voz baja, mirándose las uñas) Está bien, se quedará usted sin probar entonces...
g: (había comenzado a caminar, y se para.... se da la vuelta...) ¿decía algo?
e: (mirando al cielo, disimulando) no....
g: sí.. ha dicho algo... ha dicho que "me quedaría sin probar..."
e: no, no he dicho nada... (hace una pausa, disimulando aun)...
g: Está bien... ¡buenos días! (se da la vuelta una vez más para empezar a alejarse)
e: (voz baja, disimulando) además eso es para clientes especiales...
g: (se da la vuelta otra vez...) ¡está bien! ¿el qué?, ¿el qué es para clientes especiales?
e: (mirando al cielo otra vez) oh, como no le interesa...
g: ¿ será algo que sea lo peor de Francia?
e: Oh, por supuesto que no, monsieur; es un regalo exclusivo para nuestros clientes más especiales...
g: ¿y bien, qué es?
e: una invitación para comer en el restaurante Le Savoreux...
g: ¿Le Savoreux...? no lo conozco, ¿seguro que no es el peor de Francia?
e: (extrañado, casi ofendido....) ¡oh, no! .... (voz normal) en realidad es el segundo peor...
g: (enfadado) bien, no me interesa. Déjeme en paz, no conseguirá venderme nada. ¡Buenos días! (se va)
( Eric sigue gritando, como al principio "¡compren, compren el peor vino de Francia!". Al momento se le acerca John Cleese vestido de franchute y le saluda)
John: ¡Bonjour, Pierre! Ponme un par de botellas...
e: eh, Antoine, bonjour! un día maravilloso... (se las pone en una bolsa...) aquí están.
J: Merci! ¡Feliz día!( paga y se va)
(una vez más, Eric sigue anunciando su producto:
-¡compren, compren el peor vino de Francia!.
Se acerca otra vez Graham, y dice, entre tímido y curioso:
g:- no he podido evitar ver cómo ese caballero le compraba su vino, y usted no le ofrecía ninguno de los productos que a mí sí me ofrecía...
e: Sólo regalo lo peor de Francia a quien creo que puede apreciarlo (guiño cómplice): ¡Antoine es un patán, no apreciaría algo realmente malo ni aunque se lo restregara en las narices! Además Antoine es de la casa: es la mujer de la que le hablaba...(una nueva pausa...) ¿y bien, va a llevarse el vino?
g: (contrariado y enfadado)... ¡no!, ¡definitivamente no...!
e: (muy enfadado, grita) ¡largo de aquí entonces, estúpido inglés! ¡refinado bastardo! creí que NO tenía usted clase! ¡creí que sabía usted apreciar algo realmente malo! ¡largo de aquí, bastardo sibarita! ¡maldito snob! ¡largo!

foto de 5 de los 6 Monty Python en la época del Circo Ambulante: de izquierda a derecha John Cleese, Michael Palin, Graham Chapman, Terry Jones y Eric Idle. Falta Terry Gilliam en la imagen.

un saludo a todos los fans de la mejor compañía cómica que ha existido :)

¿Por qué nuestra literatura no aparece en las pelis de Hollywood?

Rara vez se nombra un clásico de nuestra literatura en una película de Hollywood, por sólido que sea. Es más, así de memoria, se cuentan con los dedos de una mano las cintas anglosajonas que pueden recordarse en las que se citen autores o libros de nuestro país (en ese sentido suele ser más reconocida la literatura hispanoamericana en las pelis estadounidenses).

Por ejemplo, de entre los clásicos, en la memorable película de Rouben Mamoulian La Reina Cristina de Suecia, la hermosa Greta Garbo pide al embajador español que le informe si Calderón ha publicado nuevas obras.

De entre las películas más recientes, en la recomendable Ni Un Pelo de Tonto (Robert Benton, 1996), el personaje que hace de hijo de Paul Newman es profesor de literatura española, y hace alguna alusión al Quijote. En Quiz Show (1994), del siempre interesante Robert Redford, el padre de Ralph Fiennes también es profesor universitario de literatura española, y veremos sutiles referencias a Cervantes. Pero, hasta ahí, para de contar. Salvo las adaptaciones yanquis de la inmortal obra de Cervantes (la adaptación cinematográfica del musical de BroadwayEl Hombre de la Mancha, dirigida por Arthur Hiller, con Peter O´Toole haciendo de don Quijote y Sofía Loren de Dulcinea; o aquel extraño e inconcluso experimento cinematográfico, el Quijote de Welles), nada más de literatura española en películas norteamericanas.

Ahora bien... y eso, ¿por qué es así? ¿Qué tienen que envidiar muchos de nuestros escritores a otros extranjeros que sí son nombrados en muchas películas? ¿Por qué nuestros autores son completamente desconocidos para los espectadores angloparlantes? ¿Por qué el Hugh Grant de turno siempre tratará de engatusarse a una intelectual Güini Palzrou o a una espiritual Zellegüeger con el guiño a una de las hermanas Brontë, o a Flaubert, y no, qué sé yo, a Bécquer o a la Böhl de Faber?

La razón más importante es más que evidente: la barrera idiomática (lógicamente, mucho más cercano le queda a un tipo de Pensilvania un soneto de Shakespeare que uno de Quevedo, igual que a mí me queda más cerca Rubén Darío que Coleridge).

Pero esa barrera sería vencida en cierta medida por la universalidad de los autores: así vemos que a pesar haber sido escritores en idiomas distintos a los del de Stratford-upon-Avon, sí son citados en el cine hollywoodiense los más grandes autores de otras naciones: Goethe, Tolstoi, Dostoievsky, Dante, Balzac, Victor Hugo...

A poco que te guste leer te das cuenta de la grandeza de La Regenta de Clarín, comparable a todas luces a las más importantes novelas de narrativa del XIX. Y sin embargo es casi absolutamente desconocida fuera de nuestro país (en ese enlace tenéis una reseña a la traducción alemana de 1991). Lo mismo ocurre con el resto de nuestros más insignes escritores. Y es que esa puede ser la clave: es un hecho que la literatura española está muy infravalorada fuera de los países de habla hispana, especialmente en el mundo anglosajón: apenas conocen el Quijote y nada más. A decir verdad nuestros clásicos, tristemente, y por sublimes que sean, no traspasan la barrera idiomática, los lectores que tienen en otras lenguas son minoritarios. (Quizá esto sea así porque todo lo hispano se sigue viendo entre los países más avanzados como algo atrasado, cutrillo, pintoresco si se quiere, pero nada más; y nuestra influencia científica y técnica, como se sabe, deja mucho que desear)

Otra razón no desdeñable para que nuestros escritores sean tan absolutamente desconocidos fuera del mundo hispano es un poco la pescadilla que se muerde la cola: en efecto, vivimos en una sociedad en que la imagen ejerce un poder mucho mayor sobre la mayoría de nosotros que la palabra...: si uno de los mayores exponentes de la imagen y la estética de hoy día, las películas de Hollywood, con las que -más o menos- todos nos alimentamos, nunca citan libros ni autores españoles, nadie va a sentir el gusanillo de preguntarse por ellos...

Y la última causa que se me ocurre sobre el tema es que nosotros mismos (el común lector) tendemos a despreciar lo de aquí y exaltar lo de afuera, en muchos casos sin más criterio que ese mismo: lospañol, por serlo, es peor. Si nosotros hacemos eso, para qué extrañarnos de que lo hagan los del otro lado del Atlántico que nos alimentan con su cine.

Pd.- Como al final la guerra cultural es una guerra de imágenes más que de palabras, la tienen los yanquis ganada desde hace un siglo. Una próxima escaramuza hará, sin embargo, que resuenen nombres de nuestra cultura literaria en los oídos de los espectadores de todo el mundo: en Septiembre llega la mayor superproducción del cine español desde que dejó de hacerlas el Bronston (que, bueno, las producciones del viejo Samuel no eran españolas propiamente dichas, aunque sí tenían mucho de aquí). Ya llega Alatriste. Pérez-Reverte, que ya la ha visto, dice que habrá un antes y un después en nuestro cine tras el estreno de la cinta de Díaz-Yanes. Soy escéptico, pero, por una vez, que así sea.

nota: imagen1, portada de una edición de La Regenta de Clarín, imagen2, cartel alemán de la superproducción de Bronston El Cid (Anthony Mann, 1961) (pinchar para ampliar)