domingo, octubre 26, 2008

La "Bula Venusterial" de 1526

Cierta mañana, entró el emperador Carlos V en palacio con gran priesa y con un papel manuscrito en la mano…




ISABEL: ¿Qué es esto, qué?
CARLOS: ¡Ay, cuán emocionado estoy! ¡Ah, y qué trabajo me ha costado…! Vengo de Roma, de ver al Papa… Me ha dispensado esta bula que agora os muestro… Me ha costado un galeón cargado de oro, pero creo que merece la pena… ¡Leed!






CARLOS: ¡Es una “Bula Venusterial” ! ¡La he negociado yo mismo con Clemente VII!.Somos libres de todo pecado, y por el espacio de media hora, aunque hagamos cualesquiera o todas de las guarraditas ahí señaladas! ¡Je, je, nunca una reina habrá sido tratada de forma tan zorrita con el permiso de la Iglesia! Me ha dicho que aprovechemos bien la bula porque ningún Papa podrá conceder otra así a un rey o heredero católico hasta dentro de casi cinco siglos… y entonces sólo la concederán si la consorte es una plebeya…
ISABEL: ¡Ay, madre, io non posso, io non posso!
CARLOS: ¡Oh, no: habla en italiano! En ella, que es portuguesa, suele significar que está a punto de desmayarse…! ¡Es mucha emoción, claro! ¡Camarlengo, traed sales cordiales, la reina se desmaya!
(a ella, en voz baja) : … y más que te vas a desvanecer en un ratico, hechicera, ji, ji, ji…
ISABEL : ¡ji, ji, ji!






Al rato comenzaba el momento convenido de entrada en efecto de la Bula Venusterial…

***


Isabel, ya recuperada, se hallaba en su lecho, perfumada con agua de las más raras y exquisitas flores de los nosecuantos mundos que gobernaba; don Carlos se abalanzó sobre ella muy impaciente…

Pero ocurrió que la naturaleza no obedece a bulas ni demás dictados humanos... Es más bien al revés, y es el hombre el que sigue casi siempre las leyes de aquélla...



sábado, octubre 11, 2008

EL HOMBRE DE LA ARENA de Paul Berry


Dominado por la curiosidad, y deseoso de saber alguna cosa más precisa sobre el hombre de la arena y sus relaciones con los míos, pregunté finalmente a la anciana que cuidaba de mi hermanita quién era aquel ser misterioso: «¡Ah, Thanelchen! -me contestó- ¿No le conoces? Es un hombre muy malo, que viene en busca de los niños cuando se niegan a acostarse y les arroja puñados de arena a los ojos, los encierra en un saco y se los lleva a la luna para que sirvan de alimento a sus hijitos; éstos tienen, al igual que los mochuelos, picos ganchudos, y con ellos devoran los ojos de los niños que no son obedientes»
ERNEST THEODOR AMADEUS HOFFMANN (1776-1822), El Hombre de la Arena.

****

El Hombre de la Arena (Der Sandmann) es un personaje tradicional alemán que al igual que nuestro coco,

Duerme, niño, duerme,
duerme, que viene el coco,
y se lleva a los niños
que duermen poco.

sirve para asustar a los niños que no quieren dormirse. ( No confundir con el halagüeño Mr. Sandman de las Chordettes, que ése traía sueños bonitos... o al menos se los pedíamos hace tiempo.)


El músico, poeta, magistrado y pintor E.T.A. Hoffmann escribió un genial cuento - uno de los mejores de toda la literatura fantástica... y de la literatura en general - basándose en la famosa tradición infantil. Un relato que habla de miedos larvados, de la imposibilidad de muchas personas para alcanzar la felicidad, de cómo germinan los problemas emocionales a partir de una semillita, de cómo algunas personas están marcadas desde el principio, de cómo un hado fatal se cierne sobre alguna gente como negros nubarrones impenetrables a la luz del sol..., y de muchas otras cosas que sabrá quien lo leyere (...si lo lee con atención, que diría Cervantes).

A continuación insertamos un corto inspirado en la tradición alemana (no en el relato de Hoffmann), que nos parece muy bueno y que vimos hace diez o doce años y hoy hemos tenido la suerte de encontrar de nuevo. Su autor, el inglés Paul Berry, ha colaborado con Tim Burton en la excelente Pesadilla Antes de Navidad, así como en James y el Melocotón Gigante. Así que el tipo de animación y el diseño de las marionetas os sonarán mucho. Que lo disfrutéis.


nota: Vídeo ofrecido por gentileza de Coco (no podía ser menos en esta entrada sobre monstruos que asustan a los niños). Oye, Coco, si quieres ser colaborador habitual de Gilichorradas, la paga es un bollo de pan duro cada dos días, una cebolla los miércoles. Si trabajas sin descanso, uno de cada siete domingos tendrás media tarde libre. ¿Te interesa?
****
imagen: retrato de Hoffmann.

Olientes, el Matacíclopes.


Pd.- muñeca chochona al que le encuentre la gracia.