sábado, diciembre 30, 2006

chacales que el chacal rechazaría...

:( En este día triste os dejo este fragmento de un poema muy bonito . Un saludo.

¡Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiarían!
¡Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!

Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta
sale metal ardiendo

en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,

pero de cada niño muerto
sale un fusil con ojos,

pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.


Pablo Neruda (1904-1973), fragmento de Explico Algunas Cosas (de su libro de poemas De España En El Corazón,1937)

miércoles, diciembre 27, 2006

"Dos Cuentos Para Dos" y dos perlas más

Hay muchas películas españolas de los años 30, 40 y 50 realmente buenas, verdaderos clásicos, que pueden aportarnos mucho (por ejemplo una inteligente historia inmejorablemente contada, hora y media de explosivas y saludables carcajadas) y que son, lamentablemente, desconocidas por el cinéfilo de hoy.

Sí, porque, ya lo hemos dicho más veces en estas páginas. Quizá gracias a los zafios programas de cine español en la televisión pública en los últimos años– el de Parada y el de la Guillén Cuervo- hay una tendencia a pensar que el cine español de antes de los ochenta, o era tosquedad pura (60`s y 70`s, y ahí, salvo excepciones, puede que tengan razón los que así piensan *escalofrío*), o eran pura propaganda fascista(40`s y 50`s ).

Tranquilo, lector amigo, visitante anónimo de esta página, no vamos a romper una lanza a favor del landismo, ni de Ozores, Escrivá, Lazaga, y compañía… Vamos a recomendarte en cambio tres desconocidas joyitas de nuestro cine que creemos que merecen la pena ser vistas y revistas, y sacadas del limbo del olvido al que han sido tan injustamente relegadas por las generaciones precedentes.

*Dos Cuentos Para Dos (Luis Lucía, 1947) Ayer mismo vimos esta película, y nos sorprendió tan gratamente, que ella es en gran parte la culpable de que estemos escribiendo estas líneas. Qué lujo encontrarse con inteligentes comedias como ésta en tiempos en tiempos de Torrente, Isi Disi y burdos hermanos Farrely. Pero qué contrariedad cuando visito su página en IMDB y veo que ni siquiera 5 miembros de la más grande base de datos de cine de toda la red han visto la película. Tony Leblanc (en la mejor cinta que ha protagonizado) es Jorge, un tímido con mucho miedo a la vida que deberá aprender a sobreponerse a su pusilanimidad…. Pero no, no quiero contaros nada del argumento; no debo: sería injusto. Que os sorprenda, como me sorprendió a mí, esta adorable comedia romántica (hay paridas que harán que tengáis que cogeros la barriga al carcajear para que no se os desprendan las falorcias), con elementos de cuento de hadas, sin un ápice de propaganda franquista, y llena de buenos sentimientos.

*El Ceniciento (Juan Lladó, 1955). Desde que vi en una madrugada de insomnio esta película escrita y protagonizada por el gran Miguel Gila, he estado sin éxito intentando conseguirla, y conseguir también El Hombre Que Viajaba Despacito, que va de un soldado que vuelve, en tanque, de la famosa guerra de Gila. Ha de ser tronchante. El Ceniciento lo es. El mismo título nos dice por dónde van los tiros. Gila es Felipe, el bastante simplón empleado de una cafetería que anda enamoriscado de una cliente muy guapa y de clase superior a la suya. La cliente y sus amigos embroman al pobre Felipe haciéndole creer que ella también está por él. Desde entonces el soñador de Felipe sólo piensa en casarse con su amada. Los chistes son realmente buenos (“-Felipe, está abajo esperándote Rosa… -Dígale que no se case, que bajo ahora…”) y Gila como actor es, en El Ceniciento, realmente cómico (y versátil: ya le habíamos visto, haciendo de pillo, en Mi Tío Jacinto). Lo dicho, una comedia notable que os sorprenderá, os hará pasar un buen rato, y os dejará el agradable regusto que dejan las cosas bien hechas.
*La Vida en un Hilo (Edgar Neville, 1945) Es esta una comedia fantástica realmente deliciosa, fresca, aun no superada, escrita y dirigida por uno de los genios de nuestro cine. Conchita Montes es Mercedes, una viudita que coincide en un tren con una adivina que le predice no el futuro, sino el pasado. Le cuenta su vida cómo pudo haber sido si en tal momento de su pasado hubiese tomado aquella pequeña decisión y no esta otra (es la idea del film de los ochenta Un Destino de Ida y Vuelta) .

“Todos llevamos dentro dos vidas… la que vivimos y la que podríamos haber vivido.”. Esta película –una de las mejores del cine español, no tengo ninguna duda– cuenta con una versión de los noventa que aun no he visto, (Una Mujer Bajo la Lluvia, Gerardo Vera, 1992). Y también ha sido plagiada por los yanquis. Al parecer una versión apócrifa (sin reconocer que está claramente inspirada en la de Neville) es la protagonizada por la Palthrow, Dos Vidas En Un Instante( Sliding Doors, Peter Howitt, 1998). Tampoco he visto esa versión. Pero creo que, aunque la vea, me quedo con la original. Y vosotros, cuando la veáis, también.

*****
notas: imágenes. 1, portada de DOS CUENTOS PARA DOS; 2. portada y contraportada de EL HOMBRE QUE VIAJABA DESPACITO (no encontré la de EL CENICIENTO en la red), 3. Conchita Montes y Rafael Durán en un fotograma de LA VIDA EN UN HILO.

domingo, diciembre 24, 2006

La Nochebuena de 1836


Ciento setenta años se cumplen hoy de aquella nochebuena de 1836 de la que Larra nos habla en su sublime artículo (publicado el 26 de diciembre en El Redactor General), en cuyas amargas líneas pone en boca de su criado “la verdad” (los desengaños, las amarguras de la vida); verdades que el sirviente asturiano poseído por el alcohol espetaba a su amo, zahiriéndole como si más que palabras le clavase afilados y emponzoñados cuchillos. Ese artículo –cuyas últimas líneas me recuerdan el desesperanzado final de El Cuervo de Poe -, habla como ningún otro de las otras navidades, quizá tristemente más habituales que las alegres de anuncios y teleseries, aunque ocultas tras éstas, siempre más chillonas; nos referimos a las navidades del melancólico, las del desilusionado, las del que no encuentra motivo para el regocijo en el mero (y arbitrario) hecho de alcanzar cierta fecha en el calendario.

Tanta pesadumbre, tanto disgusto, tantas ilusiones muertas se concentran en las palabras del magistral artículo, que uno imagina que Fígaro, al ser tan duro con la sociedad ( y, sobre todo, consigo mismo), intentaba sin éxito conjurar su propia melancolía al escribir tan sinceramente sobre ella, buscando un lenitivo como el que equivocadamente se buscaba al sangrar a los enfermos para eliminar los malos humores.

En dicho escrito, habla por la pluma del joven periodista el Desencanto. Y tan funesto espíritu ya le poseía enteramente, preludiando lo que vendría mes y pico después.

notas: .

enlaces: -audio de La Nochebuena de 1836, leído por el gran Rafael Taibo.
-La Nochebuena de 1836: Yo y mi criado (delirio filosófico).
-Proyecto Mariano José de Larra en Internet.
-Entrada en la Wikipedia sobre Larra.

-imagen, retrato de Fígaro (1809-1837).

jueves, diciembre 21, 2006

las últimas palabras de Bécquer



El 22 de diciembre de 1870 a las diez de la mañana, hace 136 años, y cuando tenía tan solo 34, moría en Madrid Gustavo Adolfo Domínguez Insausti y Bastida, Gustavo Adolfo Bécquer. (Bécquer -originalmente Becker- era el apelativo con el que eran conocidos los de la familia de su padre, venidos de Flandes y establecidos en Sevilla a principios del siglo XVII).

El poeta arrastraba una enfermedad crónica grave desde hacía doce años, 1858, cuando las primeras manifestaciones de la misma casi le llevan a la tumba. Dos meses estuvo entonces postrado en cama y tardó mucho en recuperarse; cuando finalmente tuvo fuerzas para salir del lecho “parecía un cadáver”, según refiere Julio Nombela, uno de sus amigos.

Quizá la enfermedad era tuberculosis. O puede que un mal venéreo. El propio Bécquer parece considerarlo así. En su Libro de los Gorriones (un grueso libro destinado a hacer anotaciones de contabilidad que le había regalado un amigo, y en cuyas páginas Bécquer, tras bautizarlo de ese modo, escribió sus poemas, ideas y pensamientos), había una rima que el mismo autor tachó pero que fue recuperada más tarde. Su versión más aceptada, dice:


Una mujer me ha envenenado el alma,

otra mujer me ha envenenado el cuerpo;
ninguna de las dos vino a buscarme,
yo de ninguna de las dos me quejo.

Como el mundo es redondo, el mundo rueda;
si mañana, rodando, este veneno
envenena a su vez ¿por qué acusarme?
¿Puedo dar más de lo que a mí me dieron?

Pero antes incluso de infectarse de la terrible enfermedad que tantos padecimientos le causaría, Bécquer tenía el lúgubre convencimiento de que moriría joven, como su padre, como muchos otros familiares.

Su hermano Valeriano (que había nacido en 1833), uno de sus seres más queridos, muere el 23 de septiembre de 1870. Desde aquella fatídica fecha, una lóbrega nube oscurecerá ya siempre el horizonte de la vida de Gustavo Adolfo hasta su muerte, tres meses después.

Aquel 22 de diciembre, antes de morir, el poeta quemó unas cartas y dijo, según la Iglesia: “acordaos de mis niños”. Su amigo, el periodista cubano-español Ramón Rodríguez Correa (1840-1894), refiere: "Llegó por fin el fatal instante y, pronunciando claramente sus labios trémulos las palabras: Todo mortal…, voló a su creador aquella alma..."

El cielo, cubierto de sombrías nubes aquella triste mañana de jueves, se oscurecería aun más al producirse, menos de una hora después de su muerte, un eclipse de Sol. Fácil es encontrar en esa mera casualidad una relación entre los dos hechos sólo válida poéticamente: la naturaleza, entristecida por la muerte de quien tan bien le había cantado, enlutábase y lloraba de pena.
*****
notas:

FUENTES: -Francisco López Estrada y María Teresa Lópes García-Berdoy, en el prólogo a la edición de las Rimas para la Austral de Espasa, 1993.
-programa HISTORIAS de RNE.

imágenes:
1 -caricatura de Bécquer, realizada por Yayo, en la pared de mi habitación.
2 -retrato de Bécquer en la última etapa de su vida.
3 -dibujo de José Casado del Alisal (1832-1886), Cabeza Yacente de Gustavo Adolfo Bécquer.

enlaces:

-entrada el la wikipedia sobre Bécquer.
-entrada en la wikipedia sobre su padre, el pintor Juan Domínguez Bécquer.
-grabaciones sonoras de la obra de bécquer en Cervantesvirtual.

domingo, diciembre 17, 2006

navidades austrohúngaras.

"Hay dos clases de navidades: las de la infancia (o navidades por antonomasia) y las de la adultez. Las segundas tienen la cualidad de replicarse: como han perdido todo el elemento mágico, no hay nada que las diferencie, son cada año la misma navidad. Todo se repite: los mismos adornos en las casas, los mismos alumbrados en las calles, el mismo desmedido consumismo, esa misma indescriptible melancolía que hay en las tardes de los domingos del resto del año, los mismos banquetes en los que embutimos hasta la dispepsia, el mismo perezoso embotamiento invernal ocasionado quizá por el exceso de azúcar de dichas comilonas... Se parecen tanto unas navidades a otras, que apenas somos capaces de recordar algo de un año en concreto...; todas se funden en una misma, intemporal."

Estas tonterías y otras parecidas iba pensando mientras embobado (mi estado natural, por cierto) paseaba por la calle, la cabeza gacha, siguiendo distraídamente con la vista el dibujo de las baldosas de la acera, cuando una cercana voz amplificada por un estridente altavoz hizo que perdiera el hilo, la aguja, y hasta el ovillo de mi interior soliloquio. Al instante veo pasar a mi lado un pequeño pero extravagante vehículo de tres ruedas tripulado por dos individuos, un antiguo motocarro lleno de ornamentos de Navidad. El que más llamaba la atención era una estrella más larga que todo él colocada longitudinalmente y sustentada por una pequeña estructura que dispuesta para tal fin salía de la exigua carrocería. Poco tiempo tuve de seguir observando tan inopinada aparición, pronto dobló la esquina y desapareció calle abajo con un confuso murmullo de ecos eléctricos.

La amplificada voz, proferida por uno de los dos ocupantes del motocarro, en la que aprecié no sé qué gracioso y teatral deje que se me antojó insólitamente familiar, iba diciendo:

"...Necesitamos el concurso de todos, de pobres y de ricos, porque para la caridad no hay fronteras. Toda la ciudad debe sumarse a nuestra campaña “Cene Con un Pobre”. Que por una noche seamos todos hermanos; que por una noche los duros de corazón sean generosos; que por una noche cenen los pobres..."

De lo último que oí me pareció entender que decía que "las ollas a vapor cocinex son las mejores del mundo..."

Y luego he venido de la calle con paso algo apurado, he entrado en casa y, tras despojarme rápidamente de cazadora, guantes y bufanda, sin tan siquiera echar la meadita de rigor, me he puesto a contaros tan extraña aparición.

miércoles, diciembre 13, 2006

volviendo a Bedford Falls






VOLVIENDO A BEDFORD FALLS - DESCARGA DE AUDIO - MP3
No me entusiasma la Navidad. A decir verdad, pocos ritos navideños observo salvo el de tomar, lo más a menudo que puedo, el sagrado turrón de chocolate suchard, a cuyas tabletas mi fe (o sea, mi absoluta carencia de ella) les da un valor muy superior al de la hostia transubstanciada para el católico.

Uno de esos pocos ritos lo sigo desde hace unos siete años (desde que la descubrí en aquel maravilloso Qué Grande Es el Cine), y consiste en ver de nuevo, por estas fechas, la famosísima película de Frank Capra Qué Bello Es Vivir (It`s A Wonderful Life, 1946).

Aunque no estoy de acuerdo con la afirmación del título, sí puedo decir en cambio qué bello es Qué Bello Es Vivir: un maravilloso y dickensiano guión (muy del gusto de Capra), un protagonista genial (Jimmy Stewart es uno de los pocos actores que hace de sí mismo en las películas, como Gary Cooper o John Wayne), una chica muy hermosa (Donna Reed), unos secundarios de auténtico lujo (Thomas Mitchell, Lionel Barrymore…), unos bellos decorados (el pueblo de Bedford Falls fue construido en un rancho de Encino, California, propiedad de la RKO; se realizan avances técnicos ex profeso para crear nieve artificial), y, sobre todo, la ambición de Capra de sacar adelante el guión que le había vendido la RKO (el director de Juan Nadie acababa de fundar Liberty Films, una productora independiente) y que tanto le había entusiasmado. (Por cierto que siempre dijo fue la mejor película que había dirigido)

Narra la historia del joven George Bailey, un hombre de buen corazón que vive en un pequeño pueblo llamado Bedford Falls. George tiene ambiciones, desea estudiar, ver mundo, salir del pueblucho en el que ha vivido toda su vida. Su padre se muere antes de que pueda irse a realizar sus sueños. El señor Bailey regentaba una humilde empresa de empréstitos a bajo crédito y George tendrá que sustituirle o de lo contrario el malvado señor Potter (el malévolo usurero local, el Scrooge de la historia) se hará con el negocio… Básicamente el argumento es que el pobre George, habiéndolo dado siempre todo por los demás, habiendo ayudado a mucha gente, no se ve recompensado en modo alguno: es maltratado por la vida; desea no haber nacido; desea suicidarse…

La historia te dice que por insignificante que seas, por modesta y gris que sea tu existencia, importas a los demás, y hay mucha gente que es feliz gracias a ti, a quienes –sin darte cuenta incluso- has ayudado, o sonreído, y, con la tuya, les has hecho más llevaderas sus vidas.

Quizá muchos consideréis ingenuo ese mensaje, demasiado optimista y hasta empalagoso…: “La vida no es un cuento de hadas”, diréis. Y por supuesto que no lo es. Pero no es de ingenuos soñar que podría llegar a serlo; que, aunque no sea cierto, hay más Georges Baileys que señores Potter (quien por cierto, y como curiosidad, se llama Harold, Harry Potter); que no todo es mezquindad y envidia.

Esta noche regresaré a Bedford Falls. Y cuando una lagrimilla venga a mis ojos mientras en casa de George todos cantan el Auld Lang Syne, a pesar de saber que la vida no es un cuento de hadas, tararearé la hermosa y antigua melodía escocesa con ellos, y el hechizo cinematográfico surtirá efecto.

Ciertamente, no creo en las hadas. Pero nada pierdo por gritar una vez al año lo contrario si con ello le salvo la vida a alguna.


NOTAS:

-En el audio suena una versión del conocido tema navideño Auld Lang Syne.

-Qué Bello es Vivir resultó un fracaso comercial. Liberty Films, la productora de Capra, quebró. Sin embargo en los años setenta el público redescubre el film y empieza a reponerse en televisión en nochebuena. Hoy día es una de las películas más apreciadas incluso por el público joven (puesto número 29 en IMDB a día de hoy).

-Para aquellos de vosotros que consideréis Qué Bello Es Vivir como demasiado conservadora, deciros que en su época, en un ambiente pre-McCarthysta, fue etiquetada por el FBI como “película subversiva”, ya que el representar a un hombre de negocios del modo en que se representa al señor Potter “era un truco común usado por comunistas”

-ficha en IMDB de Qué Bello es Vivir.
-ficha en IMDB de Frank Capra.
-ficha en IMDB de James Stewart.

-imágenes: dos fotogramas del filme. En el primero vemos a Thomas Mitchell, el tío Billy en la película, a la izquierda. El segundo es la famosa escena de en la que el señor Potter (Lionel Barrymore) intenta comprar -y con mucha pasta- al bueno de George.

domingo, diciembre 10, 2006

la semilla en el surco

Hace hoy exactamente cien años, el 10 de diciembre de 1906, recibía Santiago Ramón y Cajal en Estocolmo junto con el citólogo italiano Camillo Golgi el premio nobel de Fisiología y Medicina. Lo recordamos hoy aquí con estas hermosas palabras extraídas de sus Charlas de Café (1921):

"Puesto que vivimos en pleno misterio, luchando contra fuerzas desconocidas, tratemos en lo posible de esclarecerlo. No nos desaliente la consideración de la pobreza de nuestro esfuerzo ante los magnos e innumerables problemas de la vida. Concluida
la ardua labor, seremos olvidados, como la semilla en el surco; pero algo
nos consolará el considerar que nuestros descendientes nos deberán
parte de su dicha y que, gracias a nuestras iniciativas, el mundo, es decir,
aquella minúscula parte de la Naturaleza, objeto de nuestros afanes, resultará un poco más agradable e inteligible”.

sábado, diciembre 09, 2006

soñador misógino.

Como las reales son inalcanzables para los tipos con chepa y halitosis, una vez decidí echarme novia imaginaria. Era perfecta: voz dulcísona, piel de alabastro, ensortijados cabellos negros, hipnóticos ojos oscuros, sonrisa encantadora, formas increíbles, inteligente, educada, culta, modesta y buena.

Era la más perfecta creación de mi anhelante imaginación... salvo por una cosa: era mujer.

Aquel ser (casi) ideal me dejó por un unicornio.

miércoles, diciembre 06, 2006

menúa faena...

Hola, amigos. Estoy tomando unas pastillas que "pueden provocar pérdidas en la memoria reciente"...; menuda faena, ¿eh?

menúa faena...

Hola, amigos. Estoy tomando unas pastillas que "pueden provocar pérdidas en la memoria reciente"...; menuda faena, ¿eh?

domingo, diciembre 03, 2006

palíndromos políticos.


Un palíndromo es una palabra o frase que se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Es una palabra ( o frase) capicúa. (capicúa es lo mismo pero aplicado a números en lugar de a letras)

Ejemplos de palíndromos: Ana, Otto, rotor, somos o no somos, Adán no calla con nada…

Aquí tenéis una lista con muuuuchos palíndromos.


Un “palíndromo político” es un concepto o ideal que, en democracia, debería verse exactamente igual desde la derecha y desde la izquierda (desde cualquier ideología).

Libertad, paz, Ley, justicia, democracia, igualdad, ciencia, Estado, derechos humanos, Constitución, verdad, ciudadano,… son algunos ejemplos de “palíndromos políticos”.

En otros países donde la democracia es más madura son más fáciles de ver estos ejemplos. En España, en cambio, muchos de esos conceptos ideales no coinciden dependiendo de si se leen desde la derecha o desde la izquierda. No cumplen la definición. Y eso es un handicap de nuestra joven democracia. Y no pequeño.

Aunque con algo de adelanto, feliz día de la Constitución.

nota: imagen, Alegoría de la Constitución de 1812, de Francisco de Goya. Museo de Estocolmo.