viernes, julio 06, 2012

el Bosón y los abusones


En una sociedad ideal, la constatación de la existencia del Bosón de Higgs debiera ser objeto de beneplácito unánime, independientemente de que los profanos no sepamos muy bien lo que es, y sólo nos "suene" por ser lectores ocasionales de divulgación o por haber visto episodios de la serie Big Bang Theory. Sólo los físicos pueden comprender verdaderamente la trascendencia de este descubrimiento; a los demás nos ocurre como cuando éramos niños y escuchábamos hablar nuestros padres de temas importantes pero nuestra cabecita era incapaz de seguir su conversación. Sabíamos que lo que trataban era de importancia; e intuíamos que esas cosas trascendentes acaso nos atañían a nosotros también, pero no podíamos seguirles.

Nuestra sociedad, en cambio, dista mucho de ser ideal. Los noticiarios de la COPE recuerdan cada hora que ninguna partícula (ni ningún científico rezumando vanidad) puede explicar el universo, en realidad creado y fundamentado en el Amor (¡ahí queda eso!); algunos egregios columnistas de nuestros periódicos alardean de su ignorancia en columnas infames: consideran que un chascarrillo imbécil que se les ocurrió anoche entre vinito y vinito vale tanto como el celebrado descubrimiento; opinan otros que nada puede saberse, que ese Bosón no vale nada, y que los científicos gastan muchísimo dinero de los demás en hacer experimentitos. "Menos ciencia y más chascarrillos", deben de pensar estos sujetos. En fin. ¿Para qué seguir poniendo más ejemplos?

Pocos euros de los invertidos en investigación científica pueden ser considerados mal invertidos. Incluso proyectos tan poco prácticos como el viaje a la Luna, o el famoso proyecto SETI trajeron aplicaciones prácticas. Pero, incluso si suponemos que nada práctico, ningún avance que mejorase nuestro día a día, viniera de la mano del éxito de un proyecto científico de envergadura; si éste fuese simplemente ciencia pura , conocimiento sin aplicación práctica, y tuviera éxito, también esto sería bueno para el ser humano y revertiría en nosotros como algo positivo, al ayudarnos a situarnos mejor en el mundo, en el universo, en nuestro planeta, en nuestro cerebro: nos ayudaría a comprender mejor este espacio y este tiempo que nos ha tocado vivir. Y esa intelección no lo puede dárnosla ninguna religión, ninguna ideología, ningún arte , ni ningún sistema filosófico. sólo el conocimiento acumulado basado en las evidencias experimentales y sometido al rigor del método científico.