jueves, marzo 08, 2007

Arturo Ruipérez Reverte elogia al Partido Onanista.

Hace algún tiempo anunciamos en estas páginas la fundación del Partido Onanista, de nuestro amigo (más que amigo, conocido) Manuel Machuca. Pues bien, ya ha empezado a levantar ánimos y a recibir elogios. Leemos en su página oficial que el escritor murciano Arturo Ruipérez-Reverte le ha dedicado una de sus famosas columnas dominicales. Con permiso de Machuca la copiamos a continuación. No tiene desperdicio. Un saludo.

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Pajillero, con dos cojones - Arturo Ruipérez-Reverte (revista semanal El Dominical del Diario de Sigüenza, 25/02/07) .

Alguna vez he contado en estas mismas páginas que lo que más me divierte en el desayuno, para acompañar los cereales, es leer una de esas revistas del corazón mientras escucho la radio. El otro día, mientras los crispis crepitaban entre la leche y el que suscribe lo pasaba como un enano embutiendo cucharadas del dulce almuerzo, soltando carcajadas al par que leía los graves problemas de la vida amorosa de Marichichi Pelao, Gañán Caradura, y demás coimas y chulos que pueblan el panorama nacional, reconozco que hice algo que nunca había hecho, dejando a un lado la revista, y me puse a masticar más suavemente el crujiente desayuno para con más atención escuchar la entrevista que el Pedro Francino hacía a un fulano cántabro, Secretario General del Partido Onanista, decía.

Lo que oyen. Partido Onanista. Un tal Manuel Machuca era el fulano de quien les hablo, quien, con voz tenuemente aflautada, un tanto gangosa, y un acento cántabro del copón, tímidamente exponía sus ideas ante un Francino que se lo devoraba con patatas, arrinconándole, sin dejarle apenas respirar, como el gato jugando con el ratón, como el vil marqués de La Tour d`Azyr, experimentado espadachín, en el “duelo” con el inexperto Philippe de Vilmorin, el amigo de Scaramouche.

Entonces, a pesar de la primera impresión irónica al escuchar a aquel pobre diablo con su estrambótica propuesta política –aunque de un tiempo a esta parte parece que hemos perdido la capacidad de asombrarnos con la clase política de esta miserable España - empezó a caerme simpático. Comencé a ver en él un no sé qué de sincero candor en sus respuestas.

La Tour d`Azyr, con fría y meticulosa profesionalidad, lanzaba preguntas que eran estocadas buscando el corazón del bisoño Machuca. Quería dar a entender a sus oyentes que el modesto cántabro era un fascista, un franquista, o algo así (ya saben, en la casa de putas que es el periodismo español, lleno , salvo excepciones, de matarifes mercenarios, si no eres blanco, eres negro; si no eres azul, eres rojo; si no eres de los míos, eres de los otros, etcétera). Pero hete aquí que el cántabro, temblándole su tenue vocecita, pronunciando mal ciertas consonantes, quizá con el pudor y el nerviosismo de quien es entrevistado por vez primera, no se dejaba arredrar por el hábil sicario

-¿Está usted a favor de la España constitucional o de la España autonómica?- le espetaba el marqués en traicionera estocada, como si ambas Españas no fuesen la misma.

Machuca recibió ése y otros alevosos tajos pero mantuvo el tipo. Y empezó a recordarme cuando yo era un chaval, antes de empezar la mala vida que me di luego, en periódicos y prostíbulos (no me hagan decir de las dos qué profesión es más honrosa porque temo ser demasiado sincero). Cuando era un chaval, digo, y le daba al manubrio de lo lindo. Y a pasos de gigante se agrandaba la simpatía que ya empezaba a sentir por aquel fulano cabrón, el Machuca, que tiene los huevos tan grandes como para, con más defectos que chichones tiene el profesor Bacterio, sacar esas taras del armario con enorme valentía y ponerlas en la plaza pública de este país de imbéciles y cobardes, donde todo el mundo se la coge con papel de fumar y todo ha de ser políticamente correcto.

No soy cántabro, y en cuanto a pajillero estoy en la media, en infantería. Pero si cumpliera la primera de las dos condiciones, yo les juro que hasta dejaba de quedarme en casa el día de las elecciones y me acercaría al colegio electoral con la ilusión del chaval de dieciocho años que vota por primera vez. Vive Dios.

11 comentarios:

Manuel Machuca dijo...

¡Gracias, compañero!

Anónimo dijo...

Arriba los de la tierruca!!
Un beso

M. Imbelecio Delatorre dijo...

:) me alegra ver tanto cántabro por mi página.

A Manuel: a mandar, pa eso estamos ;) ya sabes que aunque no me afilie, soy también un solitario e infeliz simpatizante de tu partido ;)

A Peca: gracias por tu visita y un beso con sabor a corbata de Unquera (mmm, esas que hacen recubiertas de chocolate, ¿las has probao? :)

Anónimo dijo...

La verdad es que no, yo soy de las de toda la vida, las del "Pindal".Aunque tendré que informarme...jeje.
Un beso

Sintagma in Blue dijo...

Una
Grande
y Onanista

M. Imbelecio Delatorre dijo...

:/

(no sé si me está llamando fascista a mí, al Machuca, o al Ruipérez-Reverte...)

Tanhäuser dijo...

Hombre, al menos las manifestaciones que convoque este partido serán interesantes y por una vez, no dividirán a los españoles.

M. Imbelecio Delatorre dijo...

Creo que son poco dados a manifestarse, Tan ;) acias por tu inteligente comentario.

Peca: creo que son de Pindal también, pero las hacen en una cajita más pequeña y cubiertas de chocolate... mmmm, icas (aunque por el verano el chocolate está demasiado derretido)

Sintagma in Blue dijo...

(no, por dios!, es que yo no me creo eso de que el tamaña no importa)

Anónimo dijo...

Sr. de la Torre;
No urge en la herida hombre ¡que intento ponerme a dieta! :)
Un beso

M. Imbelecio Delatorre dijo...

jaja, Peca, algo me dice que no te hace falta hacer dieta para nada ;)

además lo que se come a gusto no engorda (le engordará a Augusto, supongo).

Y si engorda, también mola luego hacer deporte para bajarlo :)

una sonri.