Desde que tomó posesión el ex presidente de CLM de su flamante ministerio de defensa hace casi dos años, hasta ha nada que abandonó el cargo (según la versión oficiosa de motu proprio, tras haber presentado hace varias semanas la dimisión al presidente del gobierno, e insistido en su propósito de abandonar el cargo en varias ocasiones), he leído decenas de veces el sonsonete de "bono, fascista". Y todo el que se considera "superizquierdoso" hoy día no deja de afirmar que José Bono es tan facha, o más, que Serrano Súñer (algún partido que se autocalifica de izquierda ha llegado a comparar al ex-ministro socialista con el mismísimo Franco). Así, hemos visto, por ejemplo, caricaturas en viñetas en las que se le pinta el bigotito de Hitler (el mejor caricaturista de nuestro país, el genial Vizcarra, tuvo esa ocurrencia no hace mucho en EL JUEVES), y visitar multitud de foros y páginas web donde se hacen esos símiles y comparaciones... Vamos, que ha pasado a ser una frase casi tan repetida como el te das cuén lo de "el Bono ese es un facha..."
Y eso, ¿por qué? . No voy a negar que Bono es un político muy singular (recuérdese el grotesco espectáculo del acto de toma de posesión de su cargo, con folclóricas, famosetes, obispos... hasta pedrojota). Tampoco que, como a todos los de la profesión, le encanta el protagonismo, los flashes y los focos. Tampoco es usual ver a un militante socialista hacer continuamente gala de su acendrada fe católica -catolicismo que, recuérdese, no tuvo reparos en tragarse con patatas cuando se aprobó la ley que permite el matrimonio gay, que también defendió, muy al contrario que Francisco Vázquez-. Incluso, si me apuran ustedes, a veces cansa un poco lo de escuchar en toda entrevista o discurso lo de su profundo y sincero amor por Ejpaña (no porque no lo creamos profundo y sincero, sino porque la experiencia demuestra que los políticos, salvo honrosas excepciones, no suelen tener el idealismo del votante - es más, suelen manejar muy bien ese idealismo - y para ellos "patria" suele ser sinónimo de "sinecura" más que de otra cosa; por eso es comprensible que muchos vayamos con la mosca detrás de la oreja... Aunque también hay que decir que Bono podría seguir chupando del frasco y ha dimitido, cosa que, como él mismo dice, no suele acontecer en España, el que un ministro dimita. Y creo que eso, de algún modo, le honra.)
Pero de ser un político bastante peculiar y quizá algo populista a afirmar que es un fascista... va un mundo, ¿no? (joer, si Bono es un fascista, siguiendo esa lógica, Arzalluz debe de ser un hiperdemócrata, un progresista como pocos...). Pero ya sé por qué debe de ser. Bono no se ha enterado de que corren nuevos tiempos e iba por ahí hablando obscenamente de esos temas tan mohosos y caducos de libertad, igualdad, fraternidad, solidaridad entre los ciudadanos, y todo eso. Es además de esas personas que, aun teniendo una ideología progresista, sostiene que los símbolos del país (la Constitución, la bandera, el nombre de España mismo...), no han de ser patrimonio exclusivo de la casposa derecha (si es que es absurdo, ¿suponéis que algún teutón o gabacho se sentirá menos alemán o francés en función de su ideología política?).
Era por eso, claro. Porque a Bono le han pillao los nuevos tiempos con el paso cambiao: no se ha dado cuenta, el pobre hombre, que la izquierda española hoy no quiere ni oir hablar, como sí hablaba en otras épocas, de un Estado fuerte que garantice las políticas sociales y que asegure que no se produzcan desigualdades, eso ha pasao a ser también patrimonio de la derecha (eso sí, una derecha que tradicionalmente no cree en el estado del bienestar -sanidad pública, educación pública, pensiones, prestaciones sociales... -, y ahora dice defenderlo ahora con uñas y dientes). No. Hoy día muchos de los que se autocalifican de progresistas se preocupan más de los derechos tribales y lingüísticos, de naciones antiquísimas que se inventan de un día para otro, de supuestas deudas históricas, de oprobiosas ofensas hechas hace cuatro o cinco siglos, que de asuntos más propios del progresismo, más tradicionales (claramente menos importantes que aquellas, dónde va usted a parar): un empleo estable, escuela y sanidad públicas frente a las privadas, ayudas sociales, mecanismos que corrijan la desigualdad...
Claro, desde ese punto de vista de hoy día, el que fue 427º ministro de defensa de España jamás sería considerado un progresista, porque no le vemos por ahí con boina y traje regional manchego (debería aprender buen progresismo en ese punto siguiendo el ejemplo de algún político de nuestra patria querida), ni promoviendo leyes que financien el doblaje de películas al manchego, ni tratando de convencernos que CLM tiene más historia que ningún otro lugar del mundo mundial, ni hablando de errehaches y demás.
Claro, visto así, sí que Bono es un franquista...
(recomendamos a los que tan frívolamente usan ese adjetivo con el ex-ministro seguir la vieja máxima del templo de Apolo en Delfos, un sano ejercicio para conocerse a uno mismo : mírense en el espejo un momento, no vayan a tener una viga en el ojo tan grande como la cruz del Valle de los Caídos). Vale.
PD.- Es evidente que don Manuel Azaña amaba mucho a España, ¿sería un facha, un franquista también?
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