lunes, julio 31, 2006

una solución al problema de las placas y nombres franquistas

Pues me estaba dando un baño hace una media hora ( con lo que demuestro que NO es verdad que, como se dice por ahí, sea un guarro el menda, que uno pasa por la bañera por lo menos una vez cada dos meses....) ; y como el baño, ya desde Arquímedes, es un lugar bastante adecuado para aclarar la mente y focalizarla hacia la solución de problemas, por complicados que sean, pues me dio por plantearme ese que sale ahora tanto por los medios, el de las placas, monumentos, nombres de calles antidemocráticos y fascistas, inadmisibles nuestra sociedad democrática. Y lo resolví con la rapidez e inteligencia del tertuliano común.

Estaba yo, pues, haciendo en la bañera una tontería que había aprendido en el Show de Ren y Stimpy, que consiste en colocar el puño sobre la superficie del agua, perpendicular a la misma, de forma que queden un par de dedos bajo ella. Aprietas el puño, y un chorrito de agua sale disparado, jeje.

Entonces empecé a pensar en cómo resolver el problema del título de la entrada, y di con una solución que ni las brillantes mentes del gobierno en su Ley por la Recuperación de la Memoria Histórica pensaron siquiera por un momento. Una que contentase a las dos españas machadianas sin ofender (demasiado) a ninguna. Fue esta:

-Los nombres franquistas seguirían en las calles, las aciagas estatuas de la terrible dictadura seguirían en sus pedestales, etc. sólo que añadiríamos epítetos que hiciesen justicia a la verdad y a la democracia. Pondré unos ejemplos.

Tomaré Oviedo como ciudad llena de nombres franquistas (por cercanía, y porque ciertamente es una de las ciudades españoles donde más calles y más símbolos honrando al antiguo régimen encontraréis). Así por ejemplo, la famosa Calle General Yagüe, quedaría convertida con mi idea en "Calle del Traidor y Cobarde General Yagüe"; la plaza del Generalísimo, pasaría a ser "Plaza del Asesino, Dictador y Genocida A Quien Durante Cuarenta Años Hubo que Llamar Generalísimo." En la estatua al "defensor" de Oviedo coronel Teijeiro (sita en la calle División Azul) puede aclararse, para información de las generaciones futuras, en una nueva placa, lo que suponía esa"defensa", esa gesta, ese acto heroico, que no era más que una traición al régimen constitucional, al estado de derecho de entonces (con sus vicios si se quiere, pero que era el legítimo)... más que "defensor" parecería entonces un "agresor", ¿no?.

Esa sería nuestra solución. Los nombres seguirían en su sitio pero justamente equilibrados, con epítetos que les hagan justicia. Que dejen de ser héroes y se les considere con ecuanimidad lo que fueron: traidores y asesinos. No niego yo aquí que hubiera traidores y asesinos en el otro bando , y que acaso muchos -muchísimos- del otro bando confiasen en 1936 tan poco en aquella Segunda República (que hoy muchos idealizamos tanto) como los mismos franquistas, y quisieran cargársela y hacer su revolución. Pero los nombres de la infamia en las calles de nuestras ciudades son sólo de un bando. Y faltan a la verdad al honrar a asesinos y fascistas. (Anda que no hay hombres de ciencia, escritores, pensadores, etc. que hicieron que el mundo que vivimos fuese bastante mejor y que, sin matar a nadie, tuvieron muchísimos más méritos con su vida y su obra que unos militares sedientos de sangre; anda que no hay nombres de calles alternativos a "Generalísimo"...).

Hala, esa fue la gilichorrada de hoy. hasta la próxima.


NOTAS: imagen, Muerte de un Miliciano, famosísima foto de Robert Capa. En ella se ve al miliciano Federico Borrell García cayendo muerto en el Cerro Muriano (córdoba), el 5 de setiembre de 1936. Tenía 24 años. Esa foto se ha convertido en un símbolo de todas las guerras de la historia.

fotos de elementos franquistas en las calles de Oviedo

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