lunes, noviembre 05, 2007

el amigo gemelo.

Quizá porque era hijo único o tal vez porque era muy soñador, el caso es que Adán ha tenido muchos amigos imaginarios. Casi siempre niños, como él.

Hugo es su última amistad. También tiene ocho años.

No es la de la edad la única coincidencia. La verdad es que Hugo ha sido hecho a semejanza de Adán. Fijaos: ninguno de los dos tiene hermanos, a ambos les encantan los chococrispis, los dos tienen los cabellos tan rizados que para peinarles sus madres les torturan con tirones en el pelo; los dos juegan a los mismos juegos de la Play…; hasta los dibus favoritos del uno y del otro son los mismos.

Y son tan parecidos que, según cuenta Adán a su madre, cualquiera diría que son gemelos. Sólo se distinguen por el lugar donde tienen la raya del pelo: Adán, en el lado derecho; Hugo en el izquierdo.

Un día se enfadaron. Riñeron mucho. Y sucedió eso que sucede cuando reñimos: dijeron cosas que no tenían que haber dicho. Y todo cambió desde entonces. Adán dijo a Hugo que no quería volver a verlo nunca más, que no quería tener más amigos imaginarios. Hugo le respondió:

-¡Ahí va, qué tonto! Si tú eres mi amigo imaginario, no yo el tuyo. Yo soy real; yo te inventé.
-¡Mentira, mentira! – gritó Adán, algo asustado.
-¿Mentira...? Cuando te inventé, mientras me miraba al espejo, no sabía cómo llamarte… te llamé “Adán” porque eres “nada” al revés.


2 comentarios:

Manderly dijo...

Seguro que, algún día, aparecerá aquel que tiene como amigo imaginario a Hugo.

¿No dicen que todos tenemos un doble en alguna parte?? ¿Tendré que mirar 'detrás del espejo'???

Glup, glup..

M. Imbelecio Delatorre dijo...

jeje =D

beso.