viernes, mayo 16, 2008

un gusano en la nuca.

-Ayúdeme, doctor.
-¿Qué le sucede?
-Cuando me veo solo en mi cuarto en la oscuridad de la noche, tengo terribles alucinaciones. Vienen a verme pavorosos fantasmas.
-Humm, explíquese un poco más…. Por ejemplo, ¿sus alucinaciones hablan?
-Algunas sólo llegan y me miran mudas , pero en su cara veo el reproche. Otras sí hablan.
-¿Y qué le dicen?
-Me atormentan… me echan en cara que les hice mucho daño…
-¿¿¿Cómo??? ¿¿Vienen a verle las imágenes de gente a la que usted hizo daño??
-Así es.
-…Entonces sólo puedo decirle que en su cerebro está completamente sano.

*** ***
(más tarde, ese mismo día)

-Túúúú, túúúú…
-¡Ah, es horrible!
-Túúúú…
-¡Déjeme! ¿También usted viene a mortificarme?
-Túúúú, ¿por qué? ¿ por quééééééé?
-¡Bien lo sabe! ¡Por no querer recetarme las putas pastillas!

3 comentarios:

Carlota dijo...

Pues si a cada uno que le contrariaba se le cargaba, estaría todo el día oyendo voces, no? Un beso, sr. Imbelecio ;)

alfonso dijo...

¿De qué serán estos ruidos que oigo dentro de mi cabeza? Pensé que la tenía vacía.

Anónimo dijo...

Yo no soporto los reproches con la mirada. Los fantasmas a hablar clarito y a vocalizar. Que siempre están ahí con los quejíos y no se les entiende nada.