miércoles, agosto 02, 2017

Octavia Alacrán

La primera vez que descubrí que las rosas tienen espinas fue en mi adolescencia, cuando fui a besar a aquella chica , Octavia, y me clavó su aguijón de escorpión.
¡Por eso llevaba siempre faldas tan amplias y que llegaban al suelo, para cubrir sus 8 patitas y su aguijón! Por eso en el pueblo llamaban a su familia "los Alacranes", y no por maldades que hubieran hecho cuando la Guerra Civil. Por eso se asustaba tanto Octavia cuando la profesora decía en clase "¿qué hacéis, mirar las musarañas?" ¡las musarañas, depredadores de los alacranes, le daban miedo!.
Estuve malo durante días, con fiebre alta, sin poder moverme de la cama, como si me hubiese dado una gripe terrible... El médico decía a mi madre: "¿ha comido el niño algo en mal estado? ¿se habrá tomado accidentalmente algún medicamento? ¿le habrá picado una víbora o mordido cualquier otro animal?"
Yo a todo decía pesaroso y triste desde la cama, que no. Ni por un mundo hubiera desvelado el secreto de Octavia, que bastante tenía la pobre con ser mitad niña, mitad escorpiona. además, yo había tenido la culpa.
Al cuarto día ya me encontraba mejor; como tenía poca fiebre, mi madre me dejó levantarme de la cama y estar en el salón, entre mantas, viendo la tele. Por la tarde dijo, tras contestar al timbre de abajo:
-está ahí la niña de los Alacranes, que viene a traerte los deberes.
Y al minuto llegó Octavia, con aquel caminar raro suyo (movía los brazos simulando el paso humano, y para imitar el sonido del zapato , me imaginé que golpeaba con dos de las patas de cada lado, con la última articulación doblada para que se acoplase con el suelo, como el calzado. De ahí el ruido de taconeo... Parecían tacones, pero ahora que sabía el secreto, me daba cuenta de que eran taconazos de un tenue eco quitinoso y desagradable).
-¿vienes a...? ¿Vienes a...? - "a matarme", no acertaba a decir.
-vengo a traerte los deberes. Dimos estas lecciones, te las he pasado a limpio... Los de mates, aquí los enunciados, y en las hojas amarillas las soluciones.
-Gra.. Gracias.
Tan azorado como estaba yo por la debilidad de mi "gripe" y por mi miedo que no había reparado en el azoramiento de ella: la pobre estaba colorada de pura vergüenza, como si su madre la hubiera pillado fumando o haciendo cualquier otra picardía.
-¿te encuentras mejor? -acertó a decirme.
-sí, sí... No es nada... Una gripe fuera de temporada.. El médico dice que son entonces peores...
-y el...? ¿La punzada del brazo?
-oh, ni se ve ya... Un alfileretazo apenas... Se confunde con una espinilla, como tantas que tengo.
-yo... Yo... Lo siento... Yo...
Comprobé que mi madre estaba lejos, en la cocina, e interrumpiendo a la niña, le dije en voz baja:
-¿por qué eres medio escorpiona, Octavia?
- por... cosas de familia. Mi abuela también lo era. Y la suya. Entonces era más fácil ocultarlo, porque las mujeres vestían siempre más ropa... Yo quiero aprender mucho, e ir a la universidad, aprender el método científico y averiguar por qué soy lo que soy. Eso haré. ¿Has dicho a alguien que te piqué?
-no... Bien merecido que lo tenía, ¿no?
-eres bueno. Si mañana no vas a clase, vendré a traerte más deberes, ¿te parece bien?
-sí, sí... Perdona, octavia, me caigo de sueño. Y es que me da la modorra tan rara de esta gripe... Necesito dormir un par de horas , y tendré pesadillas, sueños rarísimos. Es así.
-jooo, lo siento - creo que dijo ella: porque antes de tres segundos yo ya estaba más que dormido.

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