"Give to me the life I love,
Let the lave go by me,
Give the jolly heaven above
And the byway nigh me.
Bed in the bush with stars to see,
Bread I dip in the river
There's the life for a man like me;
There's the life for ever."
ROBERT LOUIS STEVENSON: The Vagabond.
Let the lave go by me,
Give the jolly heaven above
And the byway nigh me.
Bed in the bush with stars to see,
Bread I dip in the river
There's the life for a man like me;
There's the life for ever."
ROBERT LOUIS STEVENSON: The Vagabond.
(10) Cuando era un niño creía que, aunque no podía verle, había un Dios todopoderoso que daba bien al bueno y su merecido al que se había portado mal. Los muertos se iban al cielo.
A mí ese Dios me había dado la vida y había puesto mogollón de cosas chulis por ahí -el sol, el cielo, el chocolate, los perros y los gatos, los dibujos animados y películas, mi familia, la playa, a los otros niños- que hacían que no estuviese nada mal eso de vivir.
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(15)Mi cuerpo creció, pero muchas de las fantasías de la infancia permanecieron. Las ilusiones de las películas, dibujos, videojuegos…, me llenaban entonces.
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(17) Desde la adolescencia comenzaba a idealizar a las mujeres (problema que ya nunca superaría). Platonismo y amor eran una misma cosa. Así es como los asquerosos sapos que no son príncipes amamos a las princesas. desde lejos.
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(20)Por entonces vino el despertar literario: ¡soñar, soñar, soñar a todas horas! los sueños diurnos estaban en los libros y en el cine.
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(30) Ahora… Ahora la juventud ha pasado. No existe el Dios de la infancia, los muertos no van al cielo, no hay amor (nunca lo hubo…, al igual que tampoco hubo nunca Dios salvo en mi cabeza), y los libros no me ilusionan tanto como antes… Pero no sé tomar otro camino, así que, a pesar de haber llevado más palos que don Quijote, sigo intentando soñar… Aunque a veces no pueda, pues, cada vez más espesa, la niebla gris de la melancolía lo invade todo; porque tengo la certeza de que la negra –horrenda, oscura, fría, terrible–, la inexorable Parca vendrá algún día a llevarse a los míos. (¡Quisiera poder hacer un pacto con la Torva Dama y que me llevase a mí antes!...)
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