domingo, diciembre 10, 2006

la semilla en el surco

Hace hoy exactamente cien años, el 10 de diciembre de 1906, recibía Santiago Ramón y Cajal en Estocolmo junto con el citólogo italiano Camillo Golgi el premio nobel de Fisiología y Medicina. Lo recordamos hoy aquí con estas hermosas palabras extraídas de sus Charlas de Café (1921):

"Puesto que vivimos en pleno misterio, luchando contra fuerzas desconocidas, tratemos en lo posible de esclarecerlo. No nos desaliente la consideración de la pobreza de nuestro esfuerzo ante los magnos e innumerables problemas de la vida. Concluida
la ardua labor, seremos olvidados, como la semilla en el surco; pero algo
nos consolará el considerar que nuestros descendientes nos deberán
parte de su dicha y que, gracias a nuestras iniciativas, el mundo, es decir,
aquella minúscula parte de la Naturaleza, objeto de nuestros afanes, resultará un poco más agradable e inteligible”.

3 comentarios:

M. Imbelecio Delatorre dijo...

gracias :) simpática cántabra por visitarme.

Anónimo dijo...

Hermosas palabras, sí señor.

M. Imbelecio Delatorre dijo...

Eh, gracias por tu visita, tanhäuser. tienes un blog muy melómano :)

una sonrisa desde asturias :)