sábado, febrero 24, 2007

Así se hace Gilichorradas.

“Y luego dicen que esto es fácil” (Faemino)

Benévolo lector, que con enfado nos lee mientras come unas proustianas magdalenas o un marmitako doncamílico, quizá alguna vez se ha preguntado cuál es el proceso que siguen las palabras de esta página desde que surgen en el devenir de la nada hasta que las lee impresas en las servilletas de su tasca favorita. Pues ahí va, a modo de PUBLIRREPORTAJE.

Todo comienza en la llamada sala de monas: un habitáculo donde cuarenta y cinco monas de Gibraltar golpean día y noche, de forma aleatoria, otros tantos teclados de ordenador conectados a un servidor central. Las monas de Gibraltar son vigiladas por cinco sabios orangutanes provistos de quevedos, quienes a su vez son supervisados por un gorila-cómitre que golpea un tambor rítmicamente, marcando la cadencia del tecleo: un golpeteo en el teclado por cada PUM. Como ve, las palabras surgen de la forma más natural y tradicional, señora, sin conservantes ni colorantes: diríase que tal y como las fabricaban nuestros abuelos beatniks.

Cada vez que aparece un sintagma ;) o una palabra con cierto sentido (por ejemplo “Acuatéramos milición lo que”), el ordeñador la registra y almacena. Cada cierto tiempo también surgirán frases y párrafos con algún tenue significado. Sonará cuando esto suceda una alarma (añadir que también suena esa alarma, aunque con un tono distinto, por motivos de higiene, cuando las heces del habitáculo de los monos llegan a determinado nivel). El ordenador habrá recopilado un párrafo (siguiendo nuestro ejemplo, ese párrafo pudiera ser “Acuatéramos milición lo que introito prosepio, nerpos y konos”). Pero ese nivel de elaboración aun es muy basto para nuestros refinados lectores, y si tratasen de leerlo así en bruto probablemente padecerían (además de los insufribles dolores de cabeza acostumbrados al leer Gilichorradas) ceguera temporal, infarto cerebral, muerte, e incluso, en los casos más severos, estornudos irónicos (*¡bají!*, *¡atchuabá!*, *¡esplíssss!*).

Es necesario, pues, un proceso de refinamiento. Para eso contamos con otro habitáculo independiente de la sala de monas: la sala de listos. En la sala de listos, un equipo multidisciplinar se dedica a escrutar cada palabra, separar la mies de cada letra, correjir las faltas de hortogafría y edmás opsibles herrores tiopgáfricos, llenar de contenido cada párrafo, y buscarle a todo el texto un sentido filosófico, científico, literario, acorde con el paladar del más exigente lector. (Siguiendo nuestro ejemplo, el original "Acuatéramos milición..." queda convertido ya definitivamente en "Benévolo lector, que con enfado nos lee mientras...")

Decir que uno de los miembros del equipo es un párroco, quien se dedica exclusivamente a limpiar el texto de blasfemias y mensajes demoníacos al revés, que, acaso por un defecto en el diseño del sistema, o por mala leche de los monos, puede surgir alguno de vez en cuando. ¡¡¡Somem Os, Odanier Us Ardnopmi e otnorP Árdnev Nátas!!!

Cuando el texto alcanza, según los listos, la calidad que indica nuestra antiquísima receta, aun queda un paso por hacer: calentamos el texto a 140º durante unos segundos, para luego enfriarlo. Sin que pierda nada de sus propiedades, aseguramos mediante este proceso su inocuidad quitándole toda la mala leche.

Siempre pensando en usted.

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El proceso de fabricación de una entrada de Gilichorradas en cifras:
-8 tabletas de chocolate son consumidas por monsieur Delatorre para elaborar medio centilitro de texto html.
-384.400 kilómetros, esto es, la distancia de la Tierra a la Luna, medirían los pelos de la nariz de Miguel Imbelecio si los pusiésemos uno detrás de otro.
-43, 20 es el promedio semanal de cartas bombas sumadas a las amenazas de muerte que recibe el autor de esta web.
-5 son las neuronas que usa el director de la publicación en sus días de máxima actividad intelectual.
-20 campos de fútbol son necesarios para que jueguen 40 equipos simultáneamente.
-0,25 pastillas de jabón consumirá Imbelecio a lo largo de toda su vida.
-580 palabras ha llevado escribir este artículo. (¡no, 588!; ¡no, 590!; ¡no, 592!…)
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notas: imagen1, mona de Berbería o de Gibraltar (Macaca sylvanus). imagen2, máquina para realizar el proceso UHT.

10 comentarios:

Sintagma in Blue dijo...

¡¡Por el amor de Dios!! (espero que los comentarios no sufran la censura del párroco). De verdad que eres de lo más divino de la blogsfera.

besos grandes (como 3 campos de futbolín, aprox.)

M. Imbelecio Delatorre dijo...

jooooo, muchas gracias, sintagmi. Haces que se me salten los ojos. (jeje, hay un guiño a ti en ese post :P. fíjate verás)

:D jaja... ahora que me acuerdo, tú eres gallega...: ¿un lacón con grelos , doña Camila?

:D beso.

Moisesg dijo...

Vale tío, ahora siempre que mire a la Luna me acordaré de tu peluda nariz.
Genial todo tu blog!

Sintagma in Blue dijo...

:-)

M. Imbelecio Delatorre dijo...

hola, moisés. :) muuuuuuuchas acias por tus laaaaargas visitas por tus gentiles comentarios.

Una sonrisa desde el Norte.

Pd.- ¿Es verdad que en Alicante todo está hecho de almendra, miel y navidad? ;)

Germán Fernández dijo...

Jaja. Me parto , parece que el aumento de seguidores produce un efecto estimulante en tu ,ya de por sí , desarrollada creatividad. Es muy gracioso este artículo.

Y ya de paso que te firmo , aprovecho para dejarte la dirección de otro de los proyectos que tenía en mente.

http://nievefrita.blogspot.com/

Un saludo

M. Imbelecio Delatorre dijo...

Gracias, Germán, por tus cumplidos... Mi secreto es... fluoxetina... merced a ese mágico brebaje la vida sigue siendo un asco, pero no llega a los niveles de asquerosidad que de costumbre. Gracias.

Ahora mismo echamos un vistazo a esa nieve frita, cuyo título me suena a absurdo y a tu admirado Gustavo Bueno (una columna del Masip, que fue alumno del sabio, esta misma semana en LNE hablaba de la "nieve frita" de don Gustavo)

Moisesg dijo...

Sí, en efecto de miel y almendra, pero sólo en el interior de Alicante, la costa está hecha de hormigón, ladrillo y mucho, mucho escombro.

un saludo!

pazzos dijo...

me encanta la uperisación de los textos para eliminar la mala leche.
Pero discrepo en algo. En mi colegio durante el recreo se jugaban 40 partidos de fútbol simultáneamente en sólo media cancha de baloncesto.

M. Imbelecio Delatorre dijo...

hola, pazzos, (¡mi rapsoda-gallego-inventa -cuentos-imposibles favorito!) :)

jeje, sí, todos fuimos a colegios de esos... eran otros tiempos (¡qué jóvenes éramos!) .Pero supongo que se refiere a campos de fútbol de primera división. De esos de un botellazo al entrenador visitante por partido.

:) una sonrisa que se va para el Oeste