(de la serie "Imbelecio haciendo amigos")
¿Te acuerdas de aquella vez que vimos aquella película que nos gustó tanto? ¡menudo éxtasis de cine!. Tanto nos entusiasmó, que al salir del cine empezamos a dar voces : “¡Spielberg, Spielberg, el mejor!”.
Íbamos por la calle con la camiseta de la película, dando saltos y gritos, alzando las manos, llenos de júbilo, ¡ah, qué bien lo pasamos!.
¿Y luego, cuando , sin poder contener la emoción, nos metimos en la fuente pública, entonando cánticos a favor de más cine de ciencia ficción, más cine de calidad como aquel film tan chulo? ¡Qué desmadre! Estábamos tan extasiados que creo que hasta nos cargamos un trocito de la centenaria fuente… y nos dimos un par de hostias tras una pequeña riña, no me acuerdo por qué (como habíamos bebido algo para celebrar el maravilloso espectáculo al que acabábamos de asistir...) . ¡Qué más da! Nuestra alegría, nuestra alegría lo justificaba todo.
Creo que no me había dado un baño en la fuente como ése ni había gritado tanto desde que leyera Fortunata y Jacinta. O quizá aquella otra vez, cuando vimos La Diligencia de John Ford.
¿Pero recuerdas lo que decía la gente (muy extrañada) al pasar, mientras dentro de la fuente nos divertíamos tanto porque acabábamos de ver una de las mejores películas que se han hecho?
Decían : “Mirad a estos dos… ¡Menudos gilipollas!”.
***
Pues eso, menudos gilipollas.
NOTA: imagen2, Forges en ELPAIS, el 01/07/2008
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2 comentarios:
Todos los extremismos son malos, y cuando llevan acarreado vandalismo, ni le cuento. Un abrazo.
Mira tú. Hasta para celebrar que te has comido el mejor helado de queso que se hace en el mundo... por cierto, en Ontaneda (Cantabria), podríamos hacer ese estúpido ritual (con traje de hombre rana.
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