sábado, julio 12, 2008

DECLARACIÓN DE SANTANDER

Recaban firmas los promotores de este manifiesto para despenalizar la eutanasia. No sé dónde se firma, así que quisiera mostrar mi apoyo desde este humilde espacio, publicándolo. Va siendo hora de que nos libremos de la perniciosa moral católica en muchos aspectos y podamos así ser un poco más libres. Saludos.


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DECLARACIÓN DE SANTANDER

Los abajo firmantes, reunidos en el marco del curso de verano organizado por la UIMP y titulado “Muerte digna: asistencia ante la muerte”, declaran que:

1. Ha llegado el momento para debatir en la sociedad española, diferentes cuestiones relacionadas con el final de la vida, como el suicidio asistido y la eutanasia.

2. Es absolutamente necesario desmitificar la realidad de la muerte, tanto en la sociedad en general como en el ámbito sanitario y hacer pedagogía positiva de la misma.

3. La adjetivación de “nazismo” o de “homicidio eutanásico” son falsas insultantes y están fuera de la realidad, de los planteamientos eutanásicos manejados en la actualidad, tanto desde el punto de vista filosófico, medico, científico, teológico, jurídico y otros.

4. El ser humano, aun en medio de su vulnerabilidad, y en tanto que persona, disfruta del derecho a la autodeterminación, libertad, dignidad y otros, que le permiten disponer de su vida, lo que le permitiría afrontar la muerte a la luz de su decisión personal.

5. Es recomendable establecer y registrar dicha expresión de su voluntad en un documento de instrucciones previas, testamento vital u otros, así como de manera verbal, lo que evitaría conflictos (como la obstinación terapéutica) que no contribuyen a mantener una calidad de vida y de muerte.

6. El suicidio asistido, y la eutanasia van más allá de los cuidados paliativos, aun cuando estos estuvieran bien implantados en todo ámbito de la sanidad pública estatal. Los cuidados paliativos no resuelven todos los problemas relacionados con el dolor y el sufrimiento físico, psíquico y existencial.

7. Aunque la constitución y la legislación vigente deben seguir garantizando el derecho a la vida, también deberían garantizar el derecho a una muerte digna. El legislador, ha de reconocer que la regulación actual del código penal en su artículo 143.4, es insuficiente para garantizar este derecho, por lo que habría que
encaminarse claramente hacia la despenalización del suicidio asistido y la eutanasia.

8. Los profesionales de la sanidad que acepten las prácticas eutanásicas y/o de ayuda médica al suicidio, han de realizarlas bajo determinados criterios y deben estar legalmente protegidos. Una buena regulación y una buena praxis, evitarían practicas clandestinas, así como caer por “la pendiente resbaladiza”.

9. Estas prácticas no se imponen a la totalidad de los ciudadanos, si no que pertenecen al ámbito de la libertad de elección personal de aquellos que quieran disfrutar de este derecho.

Por lo tanto, y a la luz de todo ello, reclamamos que se reconozca todo lo anterior. Que los partidos políticos promuevan este debate de una forma seria, responsable y sosegada, creando una comisión en el congreso de los diputados que definitivamente estudie estos temas. Asimismo, hacemos una llamada a que la sociedad civil se implique en este debate y a la que le concierne muy directamente. De la misma forma, solicitamos que participen en el mismo, filósofos, profesionales asistenciales, juristas,teólogos, personalidades de la cultura, científicos, investigadores y medios de comunicación.

Por último, animamos a las diferentes personas, instituciones, medios u otros a adherirse al presente comunicado.

“Todo tiene su tiempo… tiempo para nacer, tiempo para morir…”

Firmado:
Dr. Luis Montes Mieza Dr. Miguel Casares Fernández.Alves
Director del Curso Secretario del Curso

6 comentarios:

Carlota dijo...

Me parece estupendo, aunque me pregunto bajo qué criterios se decidirá quien tiene derecho y quien no... Un abrazo.

M. Imbelecio Delatorre dijo...

hola Carlotuca =)

De momento esta gente parece que sólo quiere promover un debate. Ya va siendo hora. Supongo que serán comités de ética los que digan con qué garantías ha de hacerse, y que nos representen un poco a toda la sociedad... Pero, vamos, que no tiene por qué ser lo que tradicionalmente nos imponen los curas, y que seguimos aceptando sin más.

Déjame publicar un artículo de Pérez Reverte de hace algunos años, cuando sucedió el "escándalo" de las sedaciones humanitarias en el hospital de Madrid, que luego fueron perseguidos como delincuentes por Espe y sus amigos del Opus de la Comunidad de Madrid. un abrazo.
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Déjenme morir tranquilo

ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal | 24 de abril de 2005

En capitanalatriste.com reproducimos las columnas publicadas por Arturo Pérez-Reverte en "El Semanal". En el nuevo número de la revista comenta: "No es lo mismo acortar la vida que acortar la agonía, así que no me fastidien".

He escrito alguna vez que vienen tiempos duros, predicción para la que tampoco hace falta ser muy perspicaz. Nunca hubo tantos imbéciles imponiendo su dictadura, ni tanta gilipollez elevada a la categoría de norma obligatoria. Nunca al qué dirán y a lo socialmente correcto se le dio tanto cuartelillo. Nunca condicionó tanto nuestras vidas el capricho de las minorías, la demagogia de los oportunistas, la estupidez de los tontos del culo. El ejemplo de cómo ese delirio vuelve a las sociedades enfermas e irreales lo tenemos en aquellos países que nos preceden en el asunto; pero en vez de ponérsenos los pelos de punta al advertir los riesgos y el abismo, nos adherimos con el entusiasmo desaforado del converso. En esta España a menudo escasa de cultura y de criterio, cuando se pone de moda una estupidez, en vez de llamarla por su nombre y ocuparnos de cosas más urgentes, nos ponemos a considerarla con toda seriedad. Ninguno de nosotros se la traga de verdad, pero miramos de reojo a los otros, vemos que nadie protesta y que todos –que a su vez nos miran de reojo a nosotros– parecen aprobar la novedad. Así que, haciendo de tripas corazón, nos resignamos a esa enésima vuelta de tuerca.

No deja de tener siniestra gracia que Europa, que alumbró palabras como democracia y derechos del hombre, y que pese a lo que está cayendo permanece como referente moral de lo que aún llamamos Occidente, en sus comportamientos sociales tenga como referencia las actitudes, los valores de una sociedad tan enferma e hipócrita como la norteamericana. En materia de sanidad, por ejemplo, y me refiero a hospitales, dolor, muerte y todo ese cuello de botella por el que, tarde o temprano, la mayor parte de nosotros termina pasando, sospecho que vamos a terminar como en los Estados Unidos, donde nadie se atreve a poner una inyección si no es delante de su abogado, porque en cuanto le irritas un poro a un paciente, te denuncia y te saca una pasta flora, en un país donde un fulano se fuma tres paquetes diarios durante cincuenta años, y encima, cuando palma, su familia le trinca una millonada a las tabacaleras. De ayudar a bien morir, ni te digo. Y no hablo de eutanasia, sino de que te alivien el trámite cuando estás listo de papeles. Pero allí, con semejante presión, teniendo en la chepa a los meapilas, a los que buscan pasta y a los bobos de nacimiento, no hay médico que se atreva a tomar una decisión de ese tipo. Que los alivie su padre, dicen. Y me temo que en España vamos camino de lo mismo, con toda la cobertura mediática de la Schiavo aquella a la que le daban matarile o no se lo daban, como a la Parrala; y las consejerías de Sanidad suspendiendo a médicos por sedar a pacientes en las últimas, como si lo ético fuese que palmes aullando y nadie haga nada. Al final van a poner esto difícil de narices. Y cuando me llegue el turno, seguro que me joden vivo. Ni aspirinas me van a dar. Para que todos esos capullos en flor puedan alardear de socialmente correctos, voy a terminar echando espumarajos, como un perro. Mentándoles a la madre.

Así que aprovecho para ponerlo negro sobre blanco, y que esta página de El Semanal valga como documento notarial, llegado el caso. Si cuando me toque decir hasta luego Lucas no consigo organizarlo a mi aire, si el mar no colabora espontáneamente en el asunto, o el Alzheimer no permite que me acuerde de dónde está el gatillo de la pistola, y por mi mala estrella termino en un hospital, con las limpiadoras afiliadas a Comisiones Obreras –las del folleto feminista del otro día– pisándome el tubo del oxígeno, háganme un favor. No es lo mismo acortar la vida que acortar la agonía, así que no me fastidien. Tampoco vengan a darme la murga con gorigoris, velitas encendidas y pazguatos arrodillados en la acera con los brazos en cruz bajo pancartas proclamando que mi vida es sagrada. Mi vida –lo dice el propietario titular– no es más sagrada que la de mi labrador Mordaunt o la de los millones de seres humanos que, como el resto de los animales y las plantas, han pasado por este mundo cochambroso a lo largo de los siglos y la Historia, y seguirán pasando. A ver quién puñetas se han creído que somos. Por eso, el médico que, con mi consentimiento o el de los míos, decida aliviarme el trayecto ahorrándome sufrimiento inútil, nunca será un asesino, sino un amigo. Mi último amigo. Que otros hagan lo que quieran con sus vidas, pero a mí permítanme no perder la compostura. Déjenme morir tranquilo.

Carlota dijo...

Gracias, señor Imbelecio. Reverte, como casi siempre, genial. Un beso.

Maria dijo...

Si tenía alguna duda al respecto, con el artículo de Reverte lo tengo más clarito que el agua cristalina. Que no me amarguen la muerte que la vida ya me la habré amargado yo solita.

alfonso dijo...

Si mi vida es mía, y solo mía, cualquier llamado en pro de un amplio debate de una horas será bienvenido pero...
yo quiero disponer de mi vida si dar explicaciones, sin argumentaciones de ninguna clase. Si es mía, y lo es, tener el derecho a decidir (sin necesidad de estar enfermo) y tener el derecho a una asistencia gratuita ya que estamos en un país desarrollado y rico.
Coño, que nadie opine, que solo en mí esté la decisión, por enajenado que parezca.

M. Imbelecio Delatorre dijo...

claro, ñoco.. si estoy de acuerdo contigo al 100%.... pero en España tu vida sigue perteneciendo a otros. y tú no puedes decidir...

por eso está bien que se abra un debate sobre el tema...

saludos.