Hace hoy exactamente cien años, el 10 de diciembre de 1906, recibía Santiago Ramón y Cajal en Estocolmo junto con el citólogo italiano Camillo Golgi el premio nobel de Fisiología y Medicina. Lo recordamos hoy aquí con estas hermosas palabras extraídas de sus Charlas de Café (1921):
"Puesto que vivimos en pleno misterio, luchando contra fuerzas desconocidas, tratemos en lo posible de esclarecerlo. No nos desaliente la consideración de la pobreza de nuestro esfuerzo ante los magnos e innumerables problemas de la vida. Concluida
la ardua labor, seremos olvidados, como la semilla en el surco; pero algo
nos consolará el considerar que nuestros descendientes nos deberán
parte de su dicha y que, gracias a nuestras iniciativas, el mundo, es decir,
aquella minúscula parte de la Naturaleza, objeto de nuestros afanes, resultará un poco más agradable e inteligible”.
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3 comentarios:
gracias :) simpática cántabra por visitarme.
Hermosas palabras, sí señor.
Eh, gracias por tu visita, tanhäuser. tienes un blog muy melómano :)
una sonrisa desde asturias :)
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