Mercelino H. no tenía ni pajolera idea de física ni de matemáticas. Sin embargo intuitivamente y mediante experimentos mentales había llegado a la conclusión de que el viaje en el tiempo era posible. La respuesta estaba en cierta sustancia que sólo se halla en los yogures caducados:
Al principio sólo conseguía indigestiones severas de las que tardaba semanas en recuperarse. Pero el caso era que seguía creyendo que no se equivocaba. Así que siguió visitando los murales frigoríficos de los supermercados que él sabía que eran descuidados en las caducidades, y rebuscando en el fondo, hallaba pequeños "tesoros":
El yoplait lo cambió todo. Lo supo cuando, entre vómitos y otros penosos síntomas, pudo ver en televisión cómo eliminaban a la Selección Española en el mundial de Méjico `86, un episodio de Tristeza de Amor y otro de Canción Triste de Hill Street, y Manuel Campo-Vidal y Ángeles Caso anunciaban en el telediario la victoria del PSOE en las elecciones generales. Entre ardores de fiebre llegó a la extraña conclusión de que la presentadora asturiana era en aquella época “muy abrazable”, aunque sin llegar al nivel de deseo que se alcanza con las periodistas-modelo de hoy día, esas "zorritas" que hacen que Mercelino H. vea sin pestañear hasta el apartado de economía de los telediarios. ¡su nivel de embebecimiento erótico llega a tal punto entonces, que está convencido de que la inflación no es un tecnicismo macroeconómico!
¡Pobre desdichado …! Nuestro protagonista nunca supo que no viajó realmente en el tiempo, que estaba completamente equivocado en lo de los yogures caducados, que hay algunos canales de TV que se dedican a reponer series y otras cosas del pasado televisivo…
Sobra decir que la indigestión fue de aúpa. El doctor dijo que el aparato digestivo había quedado dañado permanentemente después de la terrible infección.
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5 comentarios:
Buenísima la segunda viñeta, completa. Al médico se le ha olvidado añadir a yogur, "no caducado" que a este paso Marcelino se nos va para el otro barrio :). Fíjese que yo sí suelo mirar al fondo en los supermercados, más que nada porque a los que yo voy suelen estar ahí los de fecha más reciente :P, y claro, son los que pillo. Ahora, si llego a ver un Chambourcy de tal año, me le llevo para casa y lo pongo sobre la tele, con tapete y todo de ganchillo. Un beso!
Bueno, esto es otra cosa ¿eh?, jeje.Gracias por cambiar de registro ;)
Un besuco
hola carlota, hola peca.
¿Qué tendrá Cantabria para que las personas más simpáticas sean de allí? ¿serán las corbatas de unquera, los sobaos pasiegos, las quesadas...?
sí, Carlota, hago como tú para comprar los yogures y otras cosas en los supermercados =D .semos la pesadilla de los reponedores.
Pecuca, si yo cambio de registro con la misma frecuencia con que me cambio de calzoncillos (es decir, una vez cada seis meses). gracias a ti =)
El SIY, obviamente, el Sindicato Internacional de Yogures, anda preocupado por nuestra fecha de caducidad. Estudia la posiblidad de excluirnos de espacios habitables.
hola, ñoco:
ya lo había pensado. pero al SIY eso no le interesa.
aunque es verdad que todos tenemos fecha de caducidad, en la que se acaba todo, muchos tenemos también la de "consumo preferente". Uno es más optimista cuanto más tarde sitúe esta última.
=) un abrazo.
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