acabé pronto de comer, así que antes de volver al trabajo decidí sentarme en el Parque (San Francisco) un ratín. Apenas me siento en un banco a la sombra de un árbol, en el Paseo del Bombé, le veo pasar.
Lleva traje negro -la chaqueta debajo del brazo, pues la primavera sí hace honor a su nombre hoy en Vetusta- camisa blanca, gafas de sol. Elegante. Le noto más mayor que las últimas veces que vi su cara en los medios... Y es que ya tiene 64 años, como canta Paul en el álbum Sargento Pimienta de Beatles.
"Ná... no le digo nada... le molestaría... y... no, no le saludo... pero es él", me digo.
Pero a los dos segundos cambio de opinión, y camino rápido tras él:
-Don José Luis - le digo nervioso ( nervioso no sólo por ser quien es, sino porque los que me conocéis sabéis que no tengo habilidades sociales y la gente se me da mal, muy mal).
-¿Sí?
-Nada... Sólo quería saludarle y decirle que me gustan mucho sus películas.
(le estrecho la mano)
-Muchas gracias.
Y ya me iba.. y se da media vuelta mientras se aleja y vuelve a decir:
-Muchas gracias.
-Gracias a usted.
Bueno... sé que la gente no entendería que esta tontería de anécdota me hiciera ilusión... pero he visto todas sus películas -varias veces alguna de ellas- salvo los documentales Mi Marilyn y Casablanca Revisitada, que aún no he podido conseguir. Vi en su momento Historias del Otro Lado (tampoco las encuentro para descargar), así como su ya desaparecido y maravilloso programa de cine en Televisión Española. Digo que en muchas ocasiones me ha hecho llorar, reír, meditar, soñar, me sé algunos diálogos y escenas de películas suyas de memoria...
Si pasara Fernando Alonso a mi lado, o cualquier otro deportista, político, actor, o famosete televisivo ... me daría completamente igual... Seguro que ni les miraría ... Pero Vladimiro tiene algo que tienen los viejos escritores que admiro (acaba de volver a adaptar a Galdós, por cierto), los directores clásicos, los creadores de sueños.
No, no fue por la frívola fama que salir por la tele le puede haber dado por la que le molesté para saludarle (esa fama con la que sueñan los imbéciles de los estultos reality shows de los que están las televisiones llenos). Fue por haberme traído con sus historias sonrisas, pensamientos, tiernas lágrimas..., sueños en definitiva.
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enlace de interés:
-ficha de José Luis Garci, en IMDB