La primera, Leaves That Are Green, es una sencilla y preciosa canción que habla de lo efímera que es la juventud, la vida. La segunda habla de esas personas que, desde la más frágil vulnerabilidad, tratan de volverse invulnerables... (nota: el video no tiene nada que ver con la canción. sólo son imágenes editadas de S&G)
Tenía veintiún años cuando escribí esta canción;
Tengo veintidós ahora, pero no será por mucho tiempo.
El tiempo se apresura.
Y las hojas que están verdes se vuelven marrones;
Y se marchitan con el viento.
Y se deshacen en tu mano.
La abracé fuerte, pero se desvaneció en la noche
Como un poema que quise escribir.
Y las hojas que están verdes se vuelven marrones;
Y se marchitan con el viento.
Y se deshacen en tu mano.
Y observé las ondas expandirse
Y no produjeron ningún sonido.
Y las hojas que están verdes se vuelven marrones;
Y se marchitan con el viento.
Y se deshacen en tu mano.
Adiós, adiós, adiós, adiós.
Eso es todo lo que hay.
Y las hojas que están verdes, se vuelven marrones;
Y se marchitan con el viento.
Y se deshacen en tu mano.
SOY UNA ROCA.
Un día de invierno, En un intenso y oscuro diciembre;
Estoy solo, mirando desde mi ventana la calle
Cubierta por un silencioso manto de nieve recién caída.
Soy una roca, soy una isla.
Que nadie puede penetrar.
La amistad no es necesaria; la amistad causa dolor,
Desdeño su cariño y sus risas.
Soy una roca, soy una isla.
Aunque he oído esas palabras antes;
Duermen en mi memoria;
No interrumpiré el sueño de sentimientos ya muertos:
Si nunca hubiese amado, jamás habría llorado.
Soy una roca, soy una isla.
Estoy escudado en mi coraza,
Oculto en mi habitación, A salvo dentro de mi útero,
No toco a nadie, ni nadie a mí.
Soy una roca, soy una isla.
Y una roca no padece dolor.
Y una isla nunca llora.
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