-Maricarmen, échate ahí que voy a hacerte de todo.
-¡Uy! ¿De veras? Pues hala, empieza: hoy me tocaba fregar los baños, planchar, hacer la colada, hacer la comida...
-¡Jo!
-¡Desde luego, quien tiene un marido tiene un tesoro!... (la única pega que tiene el mío es que casi nunca se acuerda del sexo...)
lo que nos pone un hombre fregando, oyssss
ResponderEliminar-¿Ah, sí? Pues yo la friego a usté, morena, lo que haga falta -Imbelecio con acento chulapo, incluso con laísmos chulapos- la encimera, el mueble del salón, el recibidor... se lo dejo todito todo como los chorros, salá.
ResponderEliminarHay hombres muy serviciales. Sí, señor.
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